Semana Santa de Plasencia

El cielo se abrió para la Columna

Martes Santo en Plasencia. El cañón del Palacio de Mirabel acaparó la atención de las cientos de personas reunidas en San Nicolás para presenciar el desfile de los lanceros

Juan Carlos Ramos

Miércoles, 16 de abril 2025, 08:44

El Martes Santo en Plasencia fue, como tantas otras veces, una demostración de fe y esperanza frente a la incertidumbre del cielo. Amaneció con lluvia, siguió con más lluvia y todo apuntaba a que la procesión de la cofradía de la Columna, una de las más esperadas del calendario penitencial, se quedaría en el templo. Treintaincinco minutos de las 21.00, había caído un aguacero que no dejó una calle sin charco. Pero, como ocurriera el Lunes de Pasión, la climatología dio un giro casi inesperado al final de la jornada: un claro entre las nubes permitió ver el azul sobre la capital del Jerte. Y con él, llegó la decisión. La hermandad no podía quedarse dentro en el año en que celebra su 30 aniversario.

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Las puertas del templo de Santo Domingo se abrieron a las 21.05 horas, y con ellas, un murmullo de emoción recorrió la plaza de San Nicolás, repleta de placentinos que esperaban, paraguas en mano y chubasqueros aún abrochados, que se obrara el milagro. Lo hizo. La noche se volvió solemne, y la ciudad se rindió una vez más ante una de sus procesiones más bellas.

El desfile comenzó como marca la tradición, con el escuadrón de jinetes. Este año, el grupo de lanceros procedente de Sevilla fue el encargado de abrir la marcha, acaparando todas las miradas al cruzar el cañón del Palacio del Marqués de Mirabel, uno de los enclaves más fotogénicos del recorrido y del casco monumental placentino. Tras ellos, otros tres jinetes y nueve romanos a pie completaban la centuria, tan característica ya de esta hermandad y que despierta siempre una gran expectación.

Mientras, desde el interior de Santo Domingo, la cruz de guía se ponía en marcha, abriendo el cortejo de casi 300 cofrades que participaron en la procesión. Ataviados con túnica blanca, capa canela, caperuz blanco, cíngulo amarillo y guantes del mismo color, acompañaban los tres pasos que la hermandad saca cada Martes Santo: la Flagelación, el Cristo de la Columna y la Dolorosa de San Nicolás.

La Flagelación, una imagen del siglo XIX atribuida a un hijo de José Jerique, fue la primera en salir, cargada por treinta costaleros, sin recambios. Le seguía el imponente Cristo de la Columna, tallado por Manuel Romero Ortega y adquirido por la hermandad en 1990, y, por último, la Virgen Dolorosa de San Nicolás, la única imagen de vestir de la cofradía. Para esta noche lucía saya blanca bordada y manto negro, acompañada por sus damas, todas de riguroso negro y mantilla.

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La agrupación musical Nuestra Señora de la Misericordia, de Cáceres, fue la encargada de poner banda sonora al desfile, con un repertorio que emocionó a los presentes y dio aún más solemnidad al cortejo. También se dejó notar la presencia de la Policía Nacional, hermana mayor de la cofradía, con representantes destacados como la jefa superior de Extremadura, María Elisa Fariñas; la inspectora jefe accidental de la comisaría placentina, Patricia Borrero; y Jorge Matías, anterior inspector jefe en la ciudad, hoy comisario en Palma de Mallorca.

El recorrido siguió el itinerario tradicional: desde la plaza de San Nicolás hasta la calle Blanca, pasando por la plaza de la Catedral, Santa Clara y el Rincón de San Esteban, para llegar a la Plaza Mayor, donde la procesión dio la vuelta completa antes de regresar por la Rúa Zapatería a Santo Domingo.

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Así, bajo un cielo que finalmente quiso acompañar, Plasencia vivió otra noche grande de su Semana Santa. La fe se impuso a la amenaza de la lluvia, y la cofradía de la Columna demostró, en su 30 aniversario, que su Martes Santo sigue siendo uno de los más especiales de todo el calendario.

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