El placentino Brea dibuja una de sus mayores obras en el aeropuerto de Alicante

Es una iniciativa impulsada por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) para mejorar la experiencia del pasajero y ha supuesto un mes y medio pintando con spray en un paramento de hormigón de 1.000 metros cuadrados (200 metros de largo por unos 5 de alto).

Brea ganó un concurso público de AENA por 26.449 euros y ha plasmado con realismo y un toque artístico el alicantino castillo de Santa Bárbara, las casitas de colores de Villajoyosa, las palmeras de Elche, la icónica cúpula de la iglesia de Altea, el imponente Peñón de Ifach de Calpe, el rascacielos más alto de Benidorm (InTempo) y el pequeño pueblo de interior Guadalest.

Entre ellos, ha intercalado los típicos helados de los veraneantes, maletas de viaje, una cámara de fotos, los almendros del turrón de Jijona y las buscadas playas con sombrillas a orillas del Mediterráneo.

En declaraciones a Efe, Brea destacaba la dificultad de un proyecto distinto a todos los anteriores, ya que el mural sólo puede ser visto en pocos segundos a través de la pequeña ventanilla del pasajero en el momento de aterrizar o despegar.

«La intención es que el viajero coja las ideas rápido y le lleguen de una manera clara los 'inputs' de la provincia que va a disfrutar. Y si se está yendo, que reconozca lo visto», ha relatado Brea, que empezó a pintar el 13 de marzo y ha acabado este 1 de mayo.

Amante de la naturaleza y las aves, Brea ha pintado varios halcones peregrinos, usados en el aeropuerto Alicante-Elche Miguel Hernández para ahuyentar los pájaros y disminuir el riesgo de impactos en los aviones.

Reconocía que le ha gustado pintar junto al ajetreo de los aviones y comentaba que los viajeros le miraban y le hacían fotos. Y también que algunos de los pilotos le hacían algún que otro cumplido.

La directora del aeropuerto, Laura Navarro, explicaba que este primer mural en un campo de vuelo (sí hay en terminales de AENA, pero no en campos de vuelo) se incluye dentro del plan de calidad como tarjeta de presentación del destino, «algo que el pasajero no se espera cuando aterriza».

«Siempre hemos dicho que los viajeros no vienen a ver el aeropuerto, sino un destino, pero es cierto que es lo primero que se encuentran cuando llegan, y nos parecía interesante incluir un elemento diferenciador y sorpresivo que aportara valor a la experiencia de viaje y situara al pasajero en un lugar maravilloso nada más aterrizar», explicaba Laura Navarro.

Brea arrancó su carrera artística en el año 2000 como grafitero en su Plasencia natal y desde hace 15 años se dedica totalmente a ser diseñador gráfico, grabador y sobre todo muralista de arte urbano, una disciplina que le apasiona y que practica especialmente en pequeños pueblos de Extremadura para reflejar los valores naturales del entorno.