La clave para acabar con esta pandemia de covid-19 es que todos tengan acceso a la vacuna. Es prioritario, y por eso los jefes ... de Estado de todo el mundo debaten estos días en la cumbre de Oporto sobre lo que podría salvar millones de vidas: la posible liberalización de las patentes de las vacunas. Esta propuesta a la que el miércoles dio su apoyo Estados Unidos y respaldan la Unión Europea y las Naciones Unidas no suscita unanimidad, ya que se oponen frontalmente países como Alemania, argumentando que va en contra de la protección de la propiedad intelectual. Parece que con las farmacéuticas hemos topado... y con los millones que dejarían de ganar.
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La vacunación masiva es la solución para acabar con la covid como lo fue también para exterminar la viruela. Hoy precisamente se celebra el aniversario, porque el 8 de mayo de 1980 la Organización Mundial de la Salud declaró oficialmente erradicada la viruela, un virus devastador que mató a más de 300 millones de personas solo en el pasado siglo XX y dejó ciegos o desfigurados a muchos millones más.
Esta enfermedad contagiosa se cebó con la humanidad durante siglos y su erradicación fue posible gracias a que todos los países del mundo trabajaron en colaboración para conseguirlo. Unidos en una histórica iniciativa de campañas intensivas de vacunación. Y aunque no todos estén de acuerdo ahora, esa parece que es la línea de trabajo para acabar también con la covid-19, por eso es tan importante que se liberalicen las patentes para incrementar la producción de vacunas. Porque debe ser una prioridad eliminar cuanto antes este virus mortífero que tanto sufrimiento está causando y que amenaza con devastar países como India y Sudáfrica, que viendo lo que se avecinaba ya presentaron esta propuesta en octubre ante la Organización Mundial del Comercio.
Si todos tenemos acceso a la vacuna se abriría una puerta a la esperanza y podría repetirse el éxito de la vacunación contra la viruela. Son casos distintos, pero los dirigentes deberían haber aprendido que gracias a la eficacia de una acción coordinada conjunta se liberó a la humanidad de una infección muy contagiosa. En el caso de la lucha contra la viruela se demostró cómo el esfuerzo político, financiero y científico de todas naciones en favor de una causa común fue capaz de impulsar el progreso.
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Y mientras unos están preocupados por que las vacunas lleguen a toda la población mundial, otros están esperado que llegue el final del estado de alarma para salir disparados donde sea, pero cuanto más lejos de casa, mejor. Parece que van a comenzar una carrera. Preparados, listos, ya: a la playa, a la montaña, a recorrer el asfalto de otra ciudad distinta o a estar atrincherados en una terraza hasta las doce de la noche tomando unas cañas para animarse después de un mal día, como dice la presidenta madrileña... y hasta comiendo una ración de berberechos si se tercia. Pero recuerden que aunque acabe el estado de alarma la covid sigue ahí, así que sean responsables y tengan cuidado. No se olviden de las mascarilla, guarden la distancia de seguridad y que corra el aire.
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