Según datos de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), los menores y jóvenes de nuestro país se inician en el porno entre los ... 8 y los 12 años de edad. Según datos de Save the Children, 7 de cada 10 adolescentes tienen acceso a la pornografía, asegurando un 30% de ellos que es la fuente de educación sexual que tienen.
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Esto se traduce en que la educación sexual que están recibiendo en la actualidad menores y jóvenes de nuestro país, viene dada de la mano del consumo de pornografía: lo que ven y lo que encuentran, creen que es lo que tiene que ser y cómo tiene que ser. Y esto, es demasiado peligroso.
He hablado en otras ocasiones del peligro de las pantallas a edades tempranas, y hoy quiero hablar de igual manera de la pronta entrega de dispositivos móviles a menores y jóvenes que aún, y por desarrollo, no están preparados para tener. Porque un menor o un joven con un móvil en la mano, está dejando de hacer tantas y tantas cosas que sí corresponden al momento en el que está, que abruma. Falta de socialización, horas de exceso en pantalla, acceso a contenido inapropiado, dependencia del dispositivo, algunos problemas de salud mental, etc, son algunas de las consecuencias que el uso de los móviles está ocasionando a la población joven de nuestro país.
Los riesgos que tienen que afrontar los menores que tienen un móvil en propiedad, son muy altos y esto provoca tanta preocupación que hay iniciativas que se están llevando a cabo, como la promovida por la Asociación Europea para la transición digital: «Protegiendo a la infancia y adolescencia en el entorno digital».
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En muchas ocasiones, los menores llegan al porno de manera accidental. No lo van buscando, sino que aparece ante ellos de casualidad y esto provoca una gran indefensión. La estadística dice que un 70% de las familias donde sus hijos disponen de dispositivos, no supervisan el contenido al que acceden. Y es que, por mucho pin parental que pongamos, tenemos que saber que también saben cómo saltárselo.
La actualidad y el desarrollo de los acontecimientos, nos hace ver que lo que necesitan los niños de este país, es más educación en general, y sobre todo en la parte afectivo-sexual. Un menor no puede aprender sobre el sexo tomando de maestro ni una película ni a unos actores porno. Porque la imitación de las escenas que se encuentran, es real, llegando a creer en ocasiones que la intimidad con otra persona, responde a lo que han visto en esa película o escena.
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Actualmente la Televisión Vasca, está llevando a cabo la emisión de un documental llamado: Generación Porno, donde se pueden escuchar testimonios de primera mano tanto de padres e hijos, como de profesionales de la educación social, de la salud mental y de la sexualidad.
Aconsejo verlo puesto que nos lleva de primera mano a lo que está viviendo la sociedad en cuando al tema del porno y cómo el inicio en el mismo, cada vez se produce antes.
Y la educación, no puede dejarse en manos de cualquier cosa.
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