En rugby, cuando un jugador se encuentra rodeado y no sabe qué hacer con el balón, le da una patada al mismo para ver si ... hay suerte y otros compañeros lo pueden recuperar más adelante. Esto es lo que el Gobierno ha hecho con el importante proyecto para todo el oeste de la península que es la reapertura ferroviaria de la Ruta de la Plata. Algunos medios han titulado el «mantenimiento» de este eje de comunicaciones dentro de la Red Global de Transporte Europea RTE-T, como que «La UE revive el tren Ruta de la Plata». He dicho «mantenimiento» porque, salvo en las semanas que transcurrieron entre la petición formal del Gobierno de que se sacara este eje de la citada RTE-T y el escrito que tuvo que enviar a toda prisa el Ministerio modificando esa posición argumentando que había sido un error, la Ruta de la Plata ha estado siempre en la Red Global desde 2012. Es más, el estudio de viabilidad que posiblemente nos vendan ahora como un gran paso adelante estaba ya comprometido en aquellas fechas, sin que primero el PP y los últimos cuatro años el PSOE se hayan molestado en iniciarlo, lo que pone en evidencia el escasísimo interés que este tema tiene para ellos.
Publicidad
El día 25 de noviembre tuvieron lugar en Plasencia unas importantes jornadas en las que expertos en materia de transporte ferroviario de mercancías y destacados empresarios de Extremadura y Castilla León concluyeron, con rotundidad, la importancia y urgente necesidad de que se acometieran los trabajos necesarios para la recuperación de este eje de comunicaciones, puntualizando la necesidad de que el tramo de 120 kilómetros que separa Plasencia de Salamanca se incluya en la Red Básica (2030) y no solo en la Red Global (2050), y tener así el máximo de fondos europeos para su rápida ejecución. Los expertos han estimado el costo de este tramo en 900 millones. A raíz de las jornadas, el PP hizo suyas las conclusiones de las mismas y presentó una moción en el Parlamento extremeño que contó con el apoyo unánime de todos los grupos. En dicha moción se precisa que se «solicite a la UE que se incorpore el tramo ferroviario entre Plasencia y Salamanca en la Red Básica del Corredor Atlántico en el actual proceso de revisión de la RTE-T que deberá concluir en 2023». Existe por tanto un compromiso formal de todos los partidos que firmaron la resolución de trabajar para hacer posible este objetivo.
La única realidad con respecto a este tema que ha sido conocida en este tiempo es que el Gobierno envió su propuesta a Europa incluyendo el trazado de la Ruta de la Plata en la Red Global (2050), donde ya estaba, y por contra proponía un nuevo trazado entre Santander y Bilbao para ser incluido en la Red Básica ampliada. En un primer análisis la Comisión ha rechazado, por falta de interés, este último trazado. No obstante, la ministra Teresa Ribera, en su intervención ante el Comité Europeo de Transporte, anunció que Gobierno junto con el PNV y el gobierno de Cantabria seguirían trabajando para que este tramo, con un coste de 1.500 millones, sea incluido en la Red Básica en el periodo de alegaciones que tendrá lugar en el Parlamento Europeo próximamente.
Me pregunto: ¿qué están haciendo nuestros representantes políticos con su compromiso formal para conseguir que en el trámite de alegaciones se defienda y consiga la inclusión del tramo Plasencia-Salamanca en la Red Básica Europea? ¿Por qué el Gobierno considera más importante el tramo Santander-Bilbao (1.500 millones), que la UE no cree prioritario y que no estaba considerado ni en la Red Global, que el tramo Plasencia-Salamanca (900 millones), que cuenta con el apoyo de todos los expertos de la UE y articularía a todo el oeste de la Península Ibérica?
Publicidad
Es de esperar que los partidos sepan dar respuestas adecuadas a estas preguntas que nos hacemos no pocos extremeños. Necesitamos jugadores de rugby que cojan con fuerza el balón y se enfrenten de forma unificada a los obstáculos. Sabemos que no va a ser fácil, pero con patadas a seguir no ganaremos el partido.
Primer mes sólo 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión