Una vida propia

Netflix y las brujas de Logrosán

Marisa García

Badajoz

Sábado, 28 de mayo 2022, 09:06

La comarca de Las Villuercas alberga paisajes espectaculares y tesoros ocultos que sorprenden al viajero. Es lo que ha atraído hasta la zona a los ... responsables de Netflix, que han rodado allí estos días su superproducción 'Straight shooter', una serie de corte histórico con elementos de terror que tiene como escenario la antigua base militar que hay en la cima del Pico Villuercas, que ahora está abandonada y vallada. En Las Villuercas hay muchos lugares turbadores como esta torre construida en 1975 a 1.600 metros de altura, desde donde se divisa gran parte de la submeseta sur. Los protagonistas de 'Straight shooter', que según ha trascendido son actores británicos con rasgos asiáticos, se moverán por la anticuada base militar, en la que se halla también un centro de transmisiones que aún está operativo, rodeado de varios edificios abandonados de uso civil-militar, garitas y una pista de aterrizaje para helicópteros.

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Pero este no es el único escenario idóneo para filmar una serie de miedo. En Las Villuercas hay otros lugares misteriosos y mágicos, e imaginar allí una historia de terror como la que ha producido Duncan Muggoch para Netflix me ha recordado la que hace unas semanas nos relató la guía que enseña a los visitantes la mina de Costanaza. Según cuenta la leyenda y refleja el astrónomo y escritor Mario Roso de Luna –conocido como 'El mago rojo de Logrosán'–, en la zona conocida como el Cercón de las Brujas, cerca de Logrosán, se celebraban aquelarres en los que las mujeres allí reunidas arrojaban al fuego unos polvos blancos que emitían destellos fosforescentes. Aquellos polvos blancos que tanto asustaban a los vecinos eran fosforita pulverizada sacada de la mina Costanaza, que fue el mayor yacimiento de esta materia prima para la fabricación de abonos de fosfato en Europa en el siglo pasado (está abandonada desde 1946). Otra antigua leyenda cuenta que las brujas en la Edad Media caminaban desde la plaza de Logrosán hasta un dolmen prehistórico que se conoce como 'Mesa de las brujas', formado por tres piedras que sujetan una plancha de cuarcita de considerable tamaño. Allí se reunían a escondidas aquellas nigrománticas en las noches de luna llena para celebrar sus mágicos rituales que atemorizaban al resto de los mortales y que las conectaban con otro mundo. Ya me las estoy imaginando en otra serie de Netflix o HBO, otra cadena de televisión a la que también le atrae rodar en Extremadura.

Visitar Las Villuercas es siempre una buena opción, y si pasan algunos días por la zona, después de visitar la mina Costanaza –posiblemente no se encuentren por los alrededores con ninguna de las hechiceras de cuyos huesudos dedos salen destellos fosforescentes–, de hacer una ruta por los inmunerables senderos que nos ofrece el geoparque Villuercas-Ibores-Jara, de visitar los pueblos de la comarca, una buena opción es ir a comer al restaurante 'Algo así', perdido en medio del campo en el término de Cañamero. Este acogedor establecimiento no da miedo, pero lo que temen los que se acercan hasta allí es salir rodando después de degustar los abundantes platos y las bebidas que ofrecen en el restaurante regentado por los suizos Frank y Susanna Sinzig, que es una experiencia singular y un placer para los sentidos que hasta mejora el estado de ánimo de los comensales.

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