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En Internet suele ser mas fácil y discreto salir del armario que en el mundo real, además de cómodo. Es mas sencillo ligar y tener relaciones sexuales a través de las redes que en la calle, y hay para todos los gustos. El 60% de las parejas gais se han conocido en internet. Este colectivo del que formo parte fue el primero en usar las citas 'online' como la principal forma de encontrar novio, novia o lo que surja. El fundador de Grindr pronunció esta frase que estará pronto en proverbios y frases famosas: «La homosexualidad es mas libre ahora».

Frente a esta ventajosa realidad, internet es también uno de los lugares que más violencia genera contra homosexuales, transexuales y bisexuales. Casi el 70% de las personas LGTBI ha sufrido LGTBIfobia a través de las redes sociales en los últimos años. Las personas son insultadas (95%), amenazadas de violencia física (57%) y coaccionadas de revelar su orientación sexual (29%). El 27% recibió amenazas de agresión sexual y el 31% de muerte. En la mitad de los casos los agresores son anónimos o desconocidos para las víctimas, algo muy habitual en ese mundo grande, secreto y cobarde.

En países donde la homosexualidad está perseguida (en 70 estados sancionan con cárcel o castigos físicos las relaciones del mismo sexo), este medio electrónico es utilizado por autoridades homófobas para localizar digitalmente a gais, lesbianas y trans. Las buscan hasta manualmente en redes sociales y 'apps', creando perfiles falsos para hacerse pasar por personas LGTBI y atraparles. Pero a la vez para estas personas que viven en estados y sociedades que reprimen y criminalizan, estos medios son para para ellas la única vía para poder encontrarse y comunicarse con otras personas similares.

Lamentablemente la homofobia está también fuera de la red y muy presente en países tan avanzados y modernos como España. Los informes del Ministerio del Interior muestran que los delitos de odio por orientación sexual han aumentado en un 77%. Un 8,6% ha sufrido agresiones físicas homófobas. Si nos miramos el ombligo, en Extremadura los delitos por LGTBIfobia han subido un 20% en el último año y la Fundación Triángulo Extremadura ha alertado del aumento en nuestra región, especialmente en Cáceres.

La homofobia llegó antes, pero internet la está alimentando. Hacer un chiste o una frase pseudograciosa de mariquitas puede discriminar y la discriminación coarta la libertad de las personas, dificulta el desarrollo emocional y la educación sexual, genera problemas de autoestima y ansiedad, aumentando las posibilidades de depresión y suicidio. Especialmente preocupante y de consecuencias terribles es el ciberbullying LGTBfóbico en la etapa escolar.