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El Orgullo en el barrio

Marce Solís

Viernes, 28 de junio 2024, 08:07

La anterior corporación socialista del Ayuntamiento de Cáceres decidió descentralizar la fiesta del Día del Orgullo LGBTI+ y llevarla al castizo barrio de San Blas ... alejándola de la Plaza Mayor (solo a unos metros de distancia), donde todo tiene lugar. Una decisión y un acierto que gustó a todo el mundo, incluidos los propios vecinos, y cuya asociación vecinal participó activamente y encantada en este acto festivo y reivindicativo.

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Los años que se ha celebrado allí ha salido muy bien, con una buena organización, sin molestias para los que viven por allí, con éxito de público y satisfacción de los negocios de la zona. San Blas se transformó en el Chueca cacereño con total aceptación, convirtiéndose en un barrio arco iris: festivo, alegre, en libertad, con tolerancia, reivindicación y derechos. Demostrando que no es necesario hacerlo todo en la Plaza Mayor y que los barrios pueden albergar perfectamente este tipo de actos y celebraciones.

Pues se acabó la fiesta en San Blas, el nuevo gobierno municipal conservador ha decidido trasladar el Orgullo cacereño a la saturada Plaza Mayor. No se saben las razones, pero tal vez solo sea para diferenciarse de la anterior corporación. Es una mala practica que los partidos políticos continúan llevando a cabo: hacer lo contrario de lo que han hecho los anteriores, aunque haya resultado bien. He visto verdaderos desatinos solo porque fueron los otros los que tuvieron la idea. Desde edificios inaugurados, a fiestas, festivales, conmemoraciones, celebraciones, premios, reconocimientos y hasta nombres de calles, parques o edificios públicos. Verdaderos disparates e incongruencias alejadas del más básico sentido común y del bienestar del ciudadano.

En una ciudad como Cáceres tan rica en calles, plazas y rincones singulares, descentralizar al actividad cultural y social se hace más que necesario, no solo para desahogar el centro y permitir el descanso a sus vecinos, sino también para que se beneficien otros ciudadanos que no viven en el corazón de la ciudad fortaleciendo además la economía de estas periferias. Un argumento, el de la economía, muy utilizado por políticos para justificar las actividades en la Plaza, como si solo allí hubiera negocios.

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Pero al margen de esta «descentralifobia» y en el caso concreto del Orgullo Gay, da la sensación que los partidos más a la derecha no tienen asimilado todavía lo que es y significa cada año celebrar, recordar y reivindicar los derechos de las minorías sexuales. Lo que ha pasado en Madrid es un claro ejemplo, para ellos el orgullo se reduce a condones, tacones y botellones. Lo intentan, pero no lo tienen interiorizado, es como cuando de pequeño tu madre te obligaba a ir a misa, ibas, pero no lo sentías, no era tu rollo por mucho que intentaras meterte en él. Igual es el Orgullo para muchos políticos. Incluso asistirán y harán gala de ello públicamente mientras bailan 'A quien le importa' de Alaska y presumen de tener muchos amigos homosexuales y lesbianas. Pero mientras, aumentan las agresiones y los delitos de odio por el avance de sus socios de la ultraderecha.

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