¿Quién no ha tenido un hermano raro y, sobre todo, un hermano travieso? En mi familia fui ese hermano raro que hacía una travesura ... tras otra. No paraba. Las familias en estos casos no saben qué hacer. Si a ese hermano le da por tocar la trompeta, la familia se divide. Unos quieren que toque a cualquier hora, y otros mandan al trompetista a la mierda. Esto siempre es duro. A veces al trompetista se le ocurre tocar la trompeta en una Diputación Provincial. ¿Cuántos trompetistas no habrá en la Diputación de Albacete? ¿Cuántos? Las diputaciones siempre fueron lugar de acogida. Había uno que sabía cantar, y se iba a una diputación. Los jueces solían mirar para otro lado. Los fiscales se enternecían con estos ilusionistas del cante y la trompeta. Pero de pronto, la cosa se pone seria y los jueces se ponen en busca y captura de esta pobre gente y viene el drama de los hermanos. ¿Qué hago yo ahora con mi hermano el trompetista? Otros se hacen toreros y dónde mejor que en una diputación para aprender a torear. La cosa se complica si el presidente padece de ceguera. Esto suele producir dramas irreparables también. Ni te quiero contar si está un poco tonto el presidente. En fin, para terminar convendría si ya ha empezado el ojeo, mirar en todas las diputaciones, ayuntamientos, juntas autonómicas y no solo en la de Badajoz. Con todo el cariño del mundo.
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