¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Tribuna

El sueño ¿imposible? del diálogo

Luis Ángel Ruiz de Gopegui

Periodista

Sábado, 6 de diciembre 2025, 01:00

Cuando te llueven las malas noticias matinales al leer los medios de comunicación (e 'in') puede que tu ánimo se perturbe y caigas en la ... tristeza, cuando no en la melancolía, por añorar tiempos en los que tu mente consideraba mejores. Según el filósofo Gomá Lanzón, «vivimos el mejor momento de la historia, pero estamos cabreados, se ha multiplicado el asco».

Publicidad

Puede que nuestra obsesión por analizar la actualidad nos lleve a distorsionar la imagen que se proyecta del acontecer internacional. Putin torea a Trump y la guerra en Ucrania continúa cobrándose víctimas, mientras el gran jefe de la otrora súper potencia mundial amenaza con desencadenar otro conflicto bélico en Venezuela, quizás porque barrunta que el premio Nobel de la Paz se le va por la gatera. Netanyahu, mientras, disimula y pide que le amnistíen de sus anteriores delitos sin que tenga nada que ver con la matanza en Gaza. Los expertos en futurología advierten, señalan y precisan que Europa debe de constituir una fuerza armada suficiente para repeler cualquier amenaza exterior, sin que tengamos que depender del tío Sam, es decir, de EE. UU. que parece –al menos en estos momentos– están en otra labor de mirar su ombligo y olvidarse del viejo continente.

En Alemania van a llamar a filas, de forma voluntaria, a los jóvenes que quieran defender su país. «Da la sensación de que se avecina una guerra, y eso da miedo», proclaman algunos lúcidos de mente. En Francia también hablan de incorporar el servicio militar. Países fronterizos con Rusia ya llevan años tomando precauciones bélicas ante la amenaza exterior, o sea, rusa.

«Si el 21-D ningún partido gana con mayoría absoluta. ¿Se sentarán para dialogar?»

Más no hay que asomarse al exterior para que nuestro ánimo se conturbe. La macroeconomía hispana va como un tiro –punteros en Europa, locomotora continental– el consumo se dispara ya antes de las fiestas navideñas, índice grosero de que el mercado funciona y reverdece sus estrictas –y desiguales– leyes. (¡Ay, Adam Smith, ¡cómo te veneran los multimillonarios! Y eso que se les ve la mano, que ha dejado de ser invisible).

Publicidad

Políticos que entran en la cárcel, un fiscal general condenado, manifestaciones domingueras pidiendo que el jefe del Gobierno entre en prisión, guerra incruenta de medios de comunicación (e 'in'), elecciones pre-sorteo del gordo de Navidad en Extremadura, Mazón sigue con su jeta inalterable, peste porcina y gripe aviar en el tejado del gallinero nacional… ¿Seguimos?

Problemas urgentes: Reforma, (suave y adaptada a los nuevos retos de los nuevos tiempos de la Constitución), reforma fiscal, reforma de ley de educación, reforma de la financiación autonómica, reforma de la reforma, más dinero para la OTAN…

Publicidad

No hay manera. Sólo se escucha el griterío con amenazas de que la ETA vuelve a Pamplona y no sabemos cómo va a terminar el juicio del eterno Pujol (¿20 años para sentarlo en el banquillo?).

Algunos sueñan con el diálogo, no el socrático, sino el más simplón de que algunos líderes se sienten (o de pie, por si tienen que salir corriendo) para tratar de otear el horizonte, el inmediato, el de mañana y pasado, el de enero sin ir más lejos, para serenarse.

Que la Justicia siga su camino (y también se serene en las altas esferas) y los políticos hagan política, sino de altura, al menos de andar por casa, para dar ejemplo de cordura, de sosiego y, si me apuran de buena educación.

Publicidad

Me consta que oyéndolos en sus proclamas, diatribas, insultos, defensas numantinas y contrataciones a mansalva de laboratorios de 'consultings' y sondeos demoscópicos, y en muchos casos ausencia de programas y soluciones para enfrentarse al día a día de la nación, parece difícil que se consiga, siquiera, sentarlos (o juntarlos de pie) sin que amenacen con liarse a insultos, escupitajos y tortas, como las peleas de chiquillos en las que participábamos hará más de 70 años. Da la impresión de que a algunas fuerzas políticas –léase partidos– les separan océanos de dificultades, montañas insalvables, precipicios dantescos, el averno en tierra.

Paseas por las calles –algunas tan intransitables como las de Badajoz, por el peligro de caídas– y observas que la gente discurre con tanta normalidad que parece, incluso, que están aburridos y solo piensan en la cañita del fin de semana, en los turrones de Nochebuena, y, of course, en el gordo del día 22.

Publicidad

Pero es que el 21 hay elecciones en Extremadura. Si ninguna fuerza o partido gana con claridad para poder gobernar en solitario ¿llegaría la hora de que se sentasen para iniciar un diálogo?

Me susurran al oído, –algún espíritu malévolo– que esto no es una película de Capra ni una carta a los Reyes Magos. Que eso ya es una antigualla. Así que, ajo y agua.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes sólo 1€

Publicidad