La Extremadura del abandono centralista

De tal forma se desliza la secuencia anterior que mientras el salario medio en el País Vasco alcanzaba en 2022 los 32.313 euros, en doce pagas, el de un paisano extremeño se fijaba en 21.922 euros. Una diferencia severa. Mientras la media se nacional se situaba en 29.948 euros. Cifras que dejan patente el desmesurado e incombustible abuso de las exigencias catalanas y vascas obteniendo todo tipo de beneficios, logros, acuerdos, y, al tiempo, con insolidaridad hacia el resto de comunidades.

¿Cómo no va a haber sangría migratoria desde Extremadura, que se vio forzada a abrir las puertas del éxodo en los 50, con legiones de hombres, mujeres, familias enteras, trasvasando las lindes regionales desde la desesperación, entre dolores de adioses a la tierra parda, a los pueblos que les vieron nacer, que hoy continúan desmoronándose, y que ni tan siquiera supo ni pudo sacar adelante aquel movimiento de la España Vaciada, más bien la España abandonada, con unas cifras crueles en regiones como Extremadura, Castilla-La Mancha o Castilla y León, con un campo desatendido, tanto en la agricultura, ganadería y otros sectores, como resulta el de la riqueza cinegética? Aquello de la España Vaciada quedó en una ráfaga electoralista y negocio de algunos… Lo peor de esa gigantesca diferencia, con tendencia a seguir aumentando las distancias económicas, sociales, industriales, es que el estudio deja patente que el futuro continuará, lamentablemente, por los mismos derroteros. Esto es, cada vez generando mayores espacios en la brecha salarial, como existe en el panorama de las pensiones, como en los esquemas y proyecciones empresariales. Lo de tantas veces, lo de siempre, que repercute, cada día de una forma más negativa, en contra de los intereses y anhelos extremeños.

Y si el analista se deja llevar por las exigencias de Junts y ERC, mientras se conforma o no el gobierno catalán, las cifras de reivindicación económica, desde la condonación de 15.000 millones correspondientes a la deuda de Cataluña con la Administración central, a la solicitud y reivindicación singular, hasta otros logros que nos sonrojan y conforman una agresión a tantos pueblos que, paradójicamente, tanto y de forma tan sacrificada han ayudado con la fuerza de sus brazos a construir más y mejor el futuro de Cataluña y País Vasco.

Una información coincidente en el tiempo con la publicada en otro periódico, ante esa España abandonada, especificándose que en base al proceso demográfico de ayer y de hoy, siguiendo el panorama estadístico, en el no tan lejano año 2039, el 38,3% de los hogares extremeños estará habitado por una sola persona. Un informe en el que se deja patente que nuestra región ocupa el tercer lugar de ese estudio y cinco puntos por encima de la media, especificándose que es una de las cuatro comunidades en las que descenderá la población y perpetuándose en el envejecimiento sistemático.

Por cierto, Extremadura, en 15 años, según el estudio, habrá perdido casi 75.000 personas, aunque logre 38.000 habitantes extranjeros. Todo un desmoronamiento injusto e inhumano… La región continúa desangrándose en sus pueblos, en sus tierras, en sus gentes y con una población cada día más envejecida.