Los consumidores de bebidas azucaradas y edulcoradas habrán notado un llamativo incremento en el precio de estos refrescos en los supermercados en los últimos meses. ... Las latas de Coca Cola, por ejemplo, que hasta hace poco se podían comprar a 0,60 euros o menos, cuestan ahora 0,75. El motivo es que las bebidas azucaradas y edulcoradas pasaron del IVA reducido del 10% al general del 21% a principios de año, por lo que se ha encarecido el precio de venta en los establecimientos de alimentación, aunque no la consumición en bares y restaurantes porque sigue tributando al 10% para no perjudicar a la hostelería. La finalidad del Gobierno con este incremento es promover hábitos más saludables entre la población, disuadir a la gente de que consuma este tipo de refrescos que perjudican su salud y ayudar a combatir la obesidad en España, que afecta ya a más del 20% de la población y reduce nuestra esperanza de vida.
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Y hasta ahora este tipo de medidas han dado resultado en los lugares en los que se han aplicado. Cataluña fue pionera el 1 de mayo de 2017 y según un informe que publicó el Centro de Investigación en Economía y Salud de la Universitat Pompeu Fabra, redujo un 22% el consumo de bebidas azucaradas. Ese es el objetivo.
A mí, que hasta hace poco era consumidora de Coca Cola Zero, principalmente en bares y restaurantes, me parecen acertadas medidas como esta, porque ingerimos grandes cantidades de azúcar y edulcorantes sin apenas darnos cuenta. Basta echar una ojeada a la web sinazucar.org, en la que se muestra el azúcar que llevan los alimentos, para que nos asombremos al ver la enorme cantidad que consumimos (lo del tomate frito llama la atención), cuando la OMS recomienda a los adultos reducir el consumo de azúcar al 5% de la ingesta calórica diaria.
Es una tarea difícil porque los refrescos, sobre todo la Coca Cola, están entre nuestros hábitos de consumo desde hace muchos años, y son parte de nuestra cultura. El primer gran éxito de Mecano, allá por 1982, 'Me colé en una fiesta', lo reflejaba: «Ahí me colé y en tu fiesta me planté, Coca Cola para todos y algo de comer...». Incluso está presente cuando viajamos, desde el inmenso cartel en 3D que nos recibe en Times Square de Nueva York, hasta el neón de Coca Cola que ilumina el emblemático Picadilly Circus de Londres desde 1954.
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El popular refresco creado en Atlanta en 1886 está por todas partes, incluso al final de la exitosa serie 'Mad men', el protagonista, Don Draper, un creativo publicitario de los años 60 que trabajaba en la Avenida Madison neoyorkina, tras una ajetreada vida y recobrada la paz de espíritu, tiene una revelación. Y es entonces –aviso spoiler– cuando comienza a sonar una música que está en el imaginario colectivo de toda una generación, insinuando que Don Draper crea uno de los anuncios más famosos de la historia y la campaña más emblemática de la marca: «Quiero comprarle al mundo hoy un refugio de amor, con flores y un gran jardín para sembrar la paz. Me gustaría compartir, la dicha de vivir, tomando Coca Cola...». Aunque fue McCann Ericksson la agencia de publicidad que ideó este himno a la paz y al optimismo años más tarde, en 1972, como parte de la campaña 'La chispa de la vida'.
Han pasado muchos años y aún podemos seguir compartiendo una Coca Cola y una sonrisa... pero siendo conscientes de que además de optimismo, transmite una gran cantidad de azúcar a nuestro organismo.
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