El avance del Cáceres decadente
Análisis ·
O el Ayuntamiento se pone serio con los propietarios irresponsables o el centro de la ciudad está condenado a la degradaciónEl nuevo gobierno municipal de Cáceres ha lanzado esta semana un primer aviso a navegantes con el anuncio de que se dispone a restaurar por su cuenta ... una fachada en mal estado de la calle Moret para pasarles después la factura a los propietarios del inmueble. Ha aprovechado además para darle un palo a la anterior administración socialista, a la que ha acusado de dejar dormir en un cajón durante meses un informe técnico en que se recomendaba la ejecución subsidiaria de la reforma y se le ponía precio, algo más de 10.000 euros.
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El caso de este inmueble, ubicado en la esquina entre Moret y Pintores, es especialmente sangrante porque su deterioro ha tenido como consecuencia directa la ruina de un negocio, el restaurante Lizarrán, al que se obligó a retirar la terraza de la calle por la amenaza de desprendimientos en la fachada, que la Policía Local tuvo incluso que acordonar. Sin llegar a ese extremo, hay muchos otros ejemplos de edificios abandonados en el entorno de la Plaza Mayor que contribuyen a esa creciente imagen de decadencia que ofrece buena parte del centro de la ciudad, acrecentada por el continuo cierre de negocios, y que contrasta con el esplendor monumental de intramuros para disgusto tanto de los propios cacereños como de los visitantes que a menudo se adentran por esas calles.
El Ayuntamiento tiene abiertos decenas de expedientes de disciplina urbanística a inmuebles abandonados o en mal estado que necesitan con urgencia, al menos, adecentar su fachadas. La explicación que se ha venido dando por parte de los sucesivos gobiernos municipales para que pocos de esos expedientes lleguen a buen puerto es la dificultad de hacerlos cumplir, en unos casos por simple dejadez de los dueños y en otros porque la propiedad está tan repartida entre distintos herederos –muchos ni siquiera viven en Cáceres– que hace extremadamente difícil el mero hecho de notificar los procedimientos, y no digamos ya de hacerlos cumplir. Es el caso del inmueble de Moret, sobre el que hasta el concejal socialista Jorge Villar, anterior responsable de Turismo, ha ironizado en sus redes sociales después del anuncio de la ejecución subsidiaria deseando «buena suerte» al equipo de Rafael Mateos cuando intente «localizar y cobrar a los múltiples herederos» del edificio.
Que el problema tenga una solución compleja no significa que haya que dejarlo de lado. O el Ayuntamiento se pone serio de una vez y actúa con todos los medios a su disposición contra los propietarios irresponsables, procedimientos de embargo y subasta incluidos, o la degradación del centro de Cáceres será imparable. Esto no es una cuestión ideológica, ni de partido, ni de tirarse trastos a la cabeza entre políticos, sino un asunto de ciudad que requiere atención prioritaria para que la decadencia y la dejadez no sigan campando a sus anchas.
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