Siempre pagan los mismos

Comenzamos por los conflictos bélicos, los que se mantienen y los que se han recrudecido. La guerra en Ucrania, aunque parezca que ya no existe, sigue viva, causando muertos e innumerables daños materiales que dificultan el acceso a lo más básico para sobrevivir. Las tensiones entre Israel y Palestina han devenido en un exterminio del pueblo palestino, que no cuenta con la condena de la comunidad internacional y residualmente, algunos medios nos muestran el caso de Sudán. África nos importa poco.

Repasamos las catástrofes naturales, que también han sido muchas en 2023. Se han sucedido huracanes, sequías, tormentas y terremotos, como el de Turquía o Siria, que han dejado miles de víctimas a su paso y ponen de manifiesto lo que sabemos y proclaman expertos de todo el mundo. O cuidamos el planeta, o él puede acabar con nosotros. Estos desastres deberían servirnos para abordar con urgencia los problemas medioambientales y buscarles soluciones. Sin embargo, es probable que se aplacen, nuevamente, a la próxima década.

En la esfera política, las elecciones regionales y nacionales han marcado el ritmo. Países de todo el mundo han experimentado cambios significativos en sus liderazgos, y esto influirá en su gobernabilidad, en su economía y en el bienestar de su ciudadanía. Milei en Argentina y el Partido por la Libertad en Países Bajos, por ejemplo, vislumbran un horizonte diferente en el que se imponen los extremos y el populismo. El fracaso de los partidos que hasta entonces gobernaban, que han mantenido como cabezas de lista a personas que habían agotado su credibilidad, ha supuesto el caldo de cultivo perfecto.

Por otra parte, la revolución digital ha continuado su marcha imparable, erigiéndose la inteligencia artificial como herramienta estrella. Las empresas tecnológicas están redefiniendo industrias enteras y siguen transformando la forma en que vivimos y trabajamos. Datos, información y conectividad, esas son las palabras clave.

Y todas estas cuestiones tienen su reflejo en la economía. El año que dejamos atrás ha mostrado un crecimiento más débil, y presenta importantes retos de futuro, si queremos evitar una situación de recesión.

Como ven, nada nuevo bajo el sol. La historia se repite, una y otra vez, sin que aprendamos lo suficiente. Ojalá estas recopilaciones nos sirvieran para exigir a quienes nos gobiernan políticas contundentes y no estrategias a corto plazo que priman lo individual sobre lo colectivo. Conocemos de sobra los resultados y siempre pagan los mismos. Y de paso, todo lo sucedido nos active y convierta en motores de cambio, desde el pequeño lugar que ocupamos en el mundo.