¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?

Tipos de interés e inmigración

EL ZURDO ·

Antonio Chacón

Badajoz

Domingo, 17 de septiembre 2023, 08:43

El fantasma de la recesión vuelve a vislumbrarse en Europa, según las últimas previsiones de Bruselas. No poca parte de culpa la tiene el ... Banco Central Europeo (BCE), guardián de la ortodoxia monetaria. En su afán por doblarle la mano a la inflación de la eurozona hasta que baje del 2% (ahora está en el 5,3%), persiste con contumacia en subir los tipos de interés, que el jueves situó en el 4,5%, su nivel más alto desde 2001. Ya van diez subidas ininterrumpidas desde mediados de 2022.

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El problema es que el remedio puede ser peor que la enfermedad. Para embridar precios y salarios, las alzas de tipos pueden acabar enfriando tanto la economía que termine congelada. Son como la quimioterapia, un tratamiento muy agresivo contra el cáncer inflacionario con efectos secundarios que pueden ser perniciosos y contraproducentes si nos pasamos con la dosis o la aplicamos demasiado rápido. Y los últimos datos indican que los matasanos del BCE se están pasando de frenada: Países Bajos ha entrado ya en recesión, Italia apunta a que le seguirá en breve, Alemania cada día anda más débil y la zona euro solo ha crecido una décima en el segundo trimestre. Es decir, hay síntomas preocupantes de estanflación (estancamiento con inflación).

Resulta paradójico que uno de los países que más está acusando la agresiva política monetaria del BCE sea Alemania, el más esencialista en la defensa de la estabilidad de los precios por su fobia a la hiperinflación, a la que culpa del ascenso del nazismo. En cambio, ahora lo que puede dar más alas a la ultraderecha es el fuerte palo que las subidas de tasas suponen a los bolsillos de unas clases medias hipotecadas que llevan 15 años perdiendo poder adquisitivo víctimas de dos graves crisis. Ello incrementará el malestar social del que se alimentan los salvapatrias que culpan de todos nuestros males a los otros, a los inmigrantes.

Precisamente, la rápida e intensa subida de tipos de los principales bancos centrales puede contribuir a aumentar la inmigración, pues está golpeando con fuerza a las endeudadas arcas de los países en desarrollo origen de la misma, como alerta Rebeca Grynspan, secretaria general de Unctad (el brazo de Naciones Unidas para cuestiones comerciales y de desarrollo), que hace ya dos años avisaba de que el endurecimiento de la política monetaria no ayudaría a resolver los problemas de oferta –a los que, explica, han contribuido la especulación y el aumento de los márgenes de ganancia en las mercancías internacionales en las que no hay competencia– y reclama que se repiense el objetivo de inflación porque, como pregunta en una entrevista con El País publicada ayer, «¿qué nos causa más daño: tasas de interés elevadas, que pueden comenzar a tener efectos fuertes sobre la estabilidad y sustentabilidad financiera a largo plazo, o que el objetivo pase del 2% al 3%?». A su juicio experto, tenemos una crisis de desarrollo. «3.300 millones de personas viven en naciones (sobre todo africanas) que gastan más en el servicio de la deuda que en salud o educación, y que no van a poder cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible. Para ellos, la subida de tipos ha sido devastadora», advierte Grynspan, porque pagan por financiarse entre cuatro y ocho veces más que Alemania o Estados Unidos.

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Ahora, por ende, la zona cero de la crisis parece ser África, origen de buena parte de los migrantes que recibe Europa. Y si no atajamos esa crisis a tiempo, lo de Lampedusa de esta semana será solo el principio.

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