La iluminación navideña de la plaza de España ha suscitado el interés de la gente, siendo muchos los que acuden a contemplarla. Como también son ... muchos los que a diario la frecuentan para participar en los acontecimientos que allí se suceden.
Publicidad
Tal vitalismo no es cosa de hoy, pues desde antiguo el Campo de San Juan constituye el corazón de Badajoz y marco principal de su latir. La catedral, erigida a partir del siglo XIII como su generadora, y desde el XVIII el Ayuntamiento como referente definitivo, la hacen foco que por mucho que crece la población sigue siendo su centro.
Sin alterar tal naturaleza, con el tiempo ha conocido numerosas transformaciones. Se han modificado áreas de estancia y paso; colocado o retirado monumentos, quioscos de bebida y prensa, farolas, arbolado, jardines, o mobiliario ornamental. Hasta urinarios subterráneos tuvo. Mas, bajo distintas apariencias, nunca perdió su espíritu, ni dejó de ser el centro de la población.
«Constituye el corazón de Badajoz y marco principal de su latir»
Sonadas fueron las obras llevadas a cabo a principios del siglo XVII ante las puertas del Cordero y San Juan de la catedral, tras largo litigio entre el Cabildo y el Ayuntamiento sobre cual era principal a efectos protocolarios. Se fijó la de San Juan, aunque su primacía no resultó definitiva hasta que el obispo Marín de Rodezno instaló en ella la imagen del titular.
Publicidad
Decisiva resultó la eliminación en el siglo XVIII del «arrecife de la catedral», gran poyete de mampostería adosado al templo entre la torre y la puerta del Cordero, donde tenían lugar autos sacramentales y actos que desembocaron en escándalos, pendencias y un asesinato que obligaron a derribarlo por orden del propio rey.
Para enfatizar el acceso principal de la iglesia, en 1862 se dispuso la escalinata de mármol de Borba y el enlosado en ajedrez del atrio. La reja exterior que perdura, obra del cerrajero Arturo Álvarez, se colocó dos décadas después.
Publicidad
En 1882, ante su deterioro en el entorno de la catedral, el Ayuntamiento encargó embellecer el paseo y plaza de San Juan al arquitecto Ventura Vaca, quien realizó diversas obras para dignificarla y reordenó los espacios para acoger los raíles del tranvía. Poco después, con motivo de la celebración del IV Centenario del Descubrimiento de América, que en Badajoz fue muy lucido, la plaza se reordenó con nuevos jardines, arbolado, e instalación de cinco aguaduchos y farolas fernandinas con las primeras bombillas eléctricas. A principios de siglo se cubrió con someros toldos que duraron poco.
En 1925, la colocación del monumento a Morales motivó una nueva remodelación a la que siguieron varias más las décadas siguientes. En 1960 se talaron los frondosos árboles que la sombreaban, en los que anidaban miles de pájaros que excrementaban a los transeúntes y usuarios de los veladores.
Publicidad
La última reforma, consistente en modificar calzadas, suprimir jardines, arbolado, salón de paseo, y quioscos, colocar pesados bancos de granito, y restringir la circulación rodada, se realizó, como antecedente de la plataforma única, a principios del presente siglo, para convertirla en una árida superficie dura y seca.
Primer mes sólo 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión