El reciclaje de vidrio aumenta en Mérida por la colaboración de los bares

De media, sale a 8,4 kilos por habitante. La estimación dice que cada vecino arroja al iglú 28 envases cada 365 días. Es un dato positivo porque crece en la comparación histórica. Nunca antes se había recuperado tanto. Y más en un contexto en el cada vez se consume menos envase de vidrio.

Pero insuficiente porque sigue Mérida –y Extremadura en general– muy por debajo de la media nacional. Hay un mundo aún con los 19,1 kg de vidrio por habitante del promedio nacional.

Concluyen en Ecovidrio que influyen muchos factores en esta brecha; desde la concienciación social en cada territorio hasta los medios. Cuanto más contenedores y más se trabaje con la hostelería, menos se pierde. Por eso insiste la portavoz en seguir redoblando esfuerzos para aumentar la reutilización. El camino que apunta Coral Rojas-Marcos se basa en colaboración conjunta entre vecinos, ayuntamiento y hostelería –principal canal de consumo– para seguir en la escalada. En el último año ha aumentado la colaboración con los bares porque el 50% de los envases se generan en este canal. Estima Ecovidrio que el 92% de los bares de la ciudad so recicladores. Vuelven ahora a relanzar otra campaña de sensibilización con visitas para resolver dudas e informar con detalle en los propios locales.

Para facilitar su obligación, en el centro funciona un servicio de recogida puerta a puerta gratuito. «Somos conscientes de que en el centro, por el urbanismo de las calles, no se pueden instalar contenedores verdes para arrojar. Teníamos que ofrecerles un servicio y se lo recogemos nosotros mismos».

Hay también un aumento paulatino año tras año de puntos de desechos. Hoy gestionan 297 repartidos por Mérida. El doble de los que tenían hace una década. También ha crecido en este tiempo la expansión urbanística de la ciudad, por eso quieren seguir mejorando el ratio. Esperan que pronto se note la cobertura que han completado en el centro. A pesar de concentrar muchos bares, no había sitio donde arrojar y pusieron otros más pequeños, como buzones con cubos. Con menos capacidad que el iglú verde habitual, lo que obliga a revisarlos, igual que el puerta a puerta. «Hemos conseguido entrar en una zona en la que no habíamos estado hasta el año pasado».

En el primer trimestre de 2025 se ha recuperado un 20% más que en el mismo periodo de 2024 y en Ecovidrio cree que se debe a la colaboración de los bares, al servicio puerta a puerta y a que hay más puntos de arrojo. «Los resultados del año pasado fueron muy buenos y viendo lo que llevamos en este primer trimestre de 2025, también es un volumen muy positivo, pero no podemos quedarnos en 8,4 por habitante». Insiste, en el contexto local, el 8,4 es positivo, pero en la comparación territorial sigue estando muy por debajo de la capacidad que tiene la ciudad para recuperar.

Mantenerlos en el sistema de reutilización tiene además un impacto económico porque el tratamiento de los residuos se ha encarecido mucho en los últimos años por el coste energético. «Todo lo que no llegue al vertedero es un ahorro que repercute en la tasa de basura que pagan los vecinos. El vidrio es reciclaje al cien por cien hasta el infinito porque de un envase que reutilizamos sacamos otro igual y con las mismas propiedades». Por eso insisten en Ecovidrio en seguir reforzando la reutilización.