Osuna a los que critican apoyar la hostelería y la cultura: «Es la economía, estúpido»

Lo hizo incluso antes de jurar su cargo como alcalde. Anécdota para los que les gusta que este tipo de ceremonia se haga según el orden establecido. O para los que buscan singularidades entre tanto protocolo. Óscar Fernández, de Unidas, prometió sin renunciar a sus principios republicanos. Y Piñol Sala, el más veterano de los veinticinco y de Vox, lo hizo por Dios y por la Patria.

Tras el paso ante la Constitución volvió cada uno su sitio y dio Osuna paso a los portavoces de la oposición. Y ya cuando le tocó hablar el último como alcalde se levantó y juró el cargo. De nuevo aplausos, ovación y Mario que se tropieza con el cable de sonido.

Osuna jura y no promete. Una rareza dentro del socialismo y entre los políticos de izquierdas que ponen sus manos sobre la Constitución como cargo público. El lunes informará el alcalde del reparto de delegaciones. Tiene trece compañeros para atribuir competencias. Fin de semana de apuestas en los corrillos. En su discurso de investidura dio varios mensajes. «Mi pasión por Mérida y mi concepción de la política desde la empatía, el afecto, la cercanía la comprensión serán las señas de identidad de nuestro gobierno». Asume que se le avecina una legislatura muy diferente a las pasadas. Le toca asentar de una vez alguna industria nueva motora en la ciudad y favorecer a los que ya están implantados. Habló del turismo y de la cultura como pulmones de la riqueza y el empleo de Mérida. Defendió el acercamiento y la sensibilidad que ha tenido como alcalde a estos dos sectores programando mucha cultura en los monumentos y apoyando a la hostería con bonos. A los que les critican que eso es política de pan y circo les respondió ayer como Clinton a Bush: «Es la economía, estúpido».

Y habló también de igualdad. De que aspira a convertir Mérida en una ciudad referente en políticas de igualdad entre hombres y mujeres y en diversidad. Fue Mérida de las primeras ciudades de España en tener un plan director de igualdad con los colectivos LGTBI y en tener también una delegación específica en esta materia. Y por último se refirió a las entidades del sector sector, las asociaciones que trabajan en la ciudad y con las que colabora el Ayuntamiento.

El resto de portavoces que tomaron la palabra aprovecharon sus primeras intervenciones de la nueva legislatura para felicitar al alcalde y para comprometerse también a apoyar al gobierno en temas relevantes para la ciudad. Emotivo fue el discurso de Miguel Valdés. Vuelve el exconcejal al Ayuntamiento ahora con XMérida, un partido con apenas tres meses de vida que consiguió casi dos mil votos en las últimas elecciones. Habló Valdés de que discute de política con Osuna desde que ambos eran muy jóvenes, que estuvo en corporaciones con los alcaldes Vélez y Calle y ahora va a compartir pleno con sus hijos y de que en su experiencia política ha visto como en otras capitales se tomaban decisiones que perjudicaban a Mérida.