Ocho centros educativos de Mérida inician el curso marcados por las obras

La obra de mayor calado es la reforma integral del centro de educación especial Emerita Augusta, que incluye la modificación de la zona de residencia y enfermería, sustitución de cubiertas, instalación eléctrica, cambio de entrada, accesibilidad, ascensor adaptado, comunicación de edificios, reforma de aseos y escalera de emergencia. El presupuesto pasa de 2,3 millones de euros. Tras más de un año en obras Educación estima que las nuevas instalaciones entrarán en funcionamiento después de las vacaciones navideñas.

Junto a esto, destaca por su importe la intervención en el instituto Emerita Augusta, situado a pocos metros del centro anterior. Los trabajos de mejora de la eficiencia energética, aislamiento de cubierta, sustitución de caldera, cambio de luminarias y reformas varias tienen un presupuesto de más de 790.000 euros.

Educación también trabaja en la sustitución del pavimento y la cubierta del gimnasio del instituto Santa Eulalia por unos 330.000 euros, así como en mejoras básicas de accesibilidad en la Escuela de Arte, a lo que destina algo más de 50.000 euros.

En cuanto a los colegios de educación infantil y primaria, destacan las reformas de carpintería exterior, cerramiento perimetral de parcela, aseos, pista polideportiva y antigua casa del conserje que se están llevando a cabo en el José María Calatrava por algo más de 600.000 euros.

También se interviene en el colegio Maximiliano Macías, en Nueva Ciudad, con una actuación de cerca de 100.000 euros que abarca la reforma de los aseos y las instalaciones de electricidad y el acondicionamiento de la sala de usos múltiples.

Por último, en el colegio Octavio Augusto comenzará en breve la obra de reforma del patio de Infantil con una dotación de 48.000 euros. Un presupuesto algo inferior tiene una actuación similar en el Pablo Neruda, también cerca de arrancar, según la Consejería de Educación.

Este tipo de actuaciones, sobre todo las de menor calado, se suelen llevar a cabo durante las vacaciones estivales aprovechando el parón de las clases. Sin embargo, Educación señala que las numerosas actuaciones previstas, la obtención de los permisos y licencias preceptivas y la propia tramitación administrativa de licitación y contratación complican el objetivo de ejecutar todas las obras completamente en periodo no lectivo.

«Además, una gran parte de las actuaciones tienen un plazo de ejecución que excede de dicho periodo», sobre todo aquellas de mayor presupuesto.

«Desde el servicio de obras se realiza el mayor esfuerzo posible para que la mayor parte de obras se desarrollen en el verano, si bien tan sólo las obras menores pueden tener un encaje completo en esos dos meses, tal y como sucede habitualmente», añade.

Cuando no es posible acometer los trabajos en ese plazo se adoptan las medidas de seguridad necesarias y aquellas otras que minimicen el impacto sobre el desarrollo de las clases, para lo que se trabaja en estrecha colaboración con los equipos directivos. «Existe una coordinación permanente entre las delegaciones provinciales, el Servicio de Inspección Educativa y los servicios técnicos de los departamentos de obras, la dirección de los centros educativos, los contratistas y los ayuntamientos (caso de colegios) de cara a minimizar las molestias generadas», añade.