El Museo Romano estudia ampliar de nuevo los talleres de verano

Un centenar de niños ha participado en los talleres de verano del Museo Nacional de Arte Romano (MNAR) celebrados desde el 10 de julio y hasta el 17 de agosto, con una semana de duración respecto años anteriores. La iniciativa de extender el periodo de estas actividades ha dado buen resultado, pues ninguna de las solicitudes presentadas quedó fuera.

En total, los talleres infantiles contaron con 101 niños de entre 5 y 12 años, pero el Museo puede abarcar hasta 175, por lo que se estudiará ampliar de nuevo la duración de los talleres en otra semana. De llevarse a cabo, las actividades se celebrarían durante todo el mes de julio y dos semanas de agosto, explica la conservadora del Museo Pilar Caldera.

Estos talleres son una de las iniciativas más importantes del MNAR, a través de la Asociación de Amigos del Museo, para contactar con los más jóvenes aprovechando la época de vacaciones. La programación es más libre en estas fechas al no estar condicionada por el curso académica y el aprendizaje es más informal y lúdico, incluyendo también la formación en valores.

Para su realización, se tienen en cuenta las exposiciones que en esas fechas existen en el Museo. Por ello, este verano los niños conocieron quién era el dios Mitra y la influencia que tuvo en el mundo romano, con la que está relacionada la muestra Mythos, además de la renovada sala de religión oriental del museo.

Los cursos se han centrado en la divinidad de Mitra en una versión lo más parecida a un superhéroe que tiene que venir a este planeta que está desertizado y tiene que protegerlo. Al mismo tiempo se abordaron los valores de la amistad y el entendimiento desde el punto de vista del acercamiento de Mitra con el dios que hace el mal en el mundo porque lo está desertizando: Helios.

Así, a través del juego y la enseñanza en valores, los niños han podido aprender cosas como el significado del gesto de estrecharse las manos a través de la amistad entre Mitra y Helios.

Durante estas actividades, que se desarrollaron cuatro días a la semana, también han practicado sobre la defensa de la verdad y la denuncia de la injusticia, en relación con temas como el bullying o la desigualdad de género. «Llevábamos a su mundo y experiencias cotidianas aquello que la historia les proporcionaba», explica Pilar Caldera, que además es responsable del departamento de Difusión del Museo de Arte Romano.

Los chicos participantes proceden de Mérida en gran parte pero también de otras localidades de la región e incluso de fuera de ella, pues hay familias que cuando se enteran de forma casual de estas actividades después intentan hacer coincidir sus estancias de vacaciones en la capital extremeña con estos talleres. Todos ellos conocieron también las piezas del museo, no sólo apreciándolas físicamente sino también a través de material audiovisual.

«Aprovechamos estos talleres para decir que la revisión del pensamiento antiguo permite traer a personajes que tienen algo que decirnos y pueden hacernos reflexionar o crear valores en la actualidad», señala la conservadora del MNAR.

Para el Museo ha sido un buen verano de talleres porque, además, la ampliación de su duración este año permitió subdividir los grupos por edades, con grupos de entre 5 y 8 años por un lado y desde 8 hasta 12 otros. Así, salvando el salto de edad que es muy grande a la hora de contar estas cosas, a los más pequeños se les narraba el mito en forma de cuento, mientras al segundo grupo de edad se le puede acercar de forma más parecida a cómo lo entendían los romanos.

El impacto de la actividad ha sido muy positivo entre los jóvenes y sus familias, que asistieron a la última jornada para conocer de primera mano el trabajo realizado por sus hijos y animaron al Museo Romano a continuar con esta labor lúdica y formativa.

Así, tras la experiencia de ampliar la duración de los talleres y la buena acogida que tienen cada año, el MNAR se plantea ofrecer una semana más de estos talleres el próximo verano. «Vamos a mantener la duración de los talleres de este año y estudiaremos ampliarlos al todo el mes de julio», indica Pilar Caldera. De llevarse a cabo, la iniciativa que esta vez contó con el patrocinio de Caja Rural necesitaría más presupuesto para contratar más tiempo a los dos monitores de cada verano.

Por otra parte, estos talleres sirven para captar usuarios del Museo, ya que los padres de los chicos participantes se interesan después por otras actividades del museo y los niños se apuntan a los talleres de otras fechas.