El libro sobre José Fernández López, impulsor de Mérida: «Es el gran hombre del Renacimiento en el siglo XX»
El Teatro María Luisa acoge la presentación de un libro sobre la figura del empresario clave en el desarrollo de la historia reciente de la ciudad
Salvando las distancias, José Fernández López vendría a ser lo que Augusto y su yerno y amigo Marco Agripa supusieron para la historia de Mérida veinte siglos después. Si los romanos la fundaron y la impulsaron como capital de la Lusitania, el empresario gallego (Lugo, 1904-Madrid, 1986) fue su auténtico revitalizador y motor de desarrollo en la complicadísima etapa de la Guerra Civil y la posguerra.
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Esta tarde, a las siete, en el Teatro María Luisa, con la presencia de Luis Carlos, uno de los seis hijos que tuvo con Rosario Sousa, se presenta la más completa biografía de Fernández López, el empresario sin miedo al riesgo, como lo califica el libro escrito por la periodista Marisa Gallero. Fernández López es hijo adoptivo de Mérida desde 1945.
Creador de Zeltia, Transfesa y Pescanova, esta muy conocida en el ámbito nacional, pero también figura clave del antiguo matadero regional de Mérida, la principal empresa de Extremadura en las décadas de 1940 y 1950, germen de Carcesa, y de la industria del corcho La Corchera.
Hijo de tratante de ganado, Fernández arrancó su carrera arrendando el matadero de Mérida durante la Segunda República. Llegó a Mérida, anticipa Gallera, desde su puesto de secretario de la asociación de tratantes de ganado de Galicia. «Poseía información de que el matadero de Mérida estaba en quiebra y decidió dar el paso», expone Marisa Gallero.
El matadero nació en 1927 de la mano de la Diputación Provincial (se le llamó provincial durante mucho tiempo) y con la participación simbólica del rey Alfonso XIII. Pero en 1930 se encontraba en situación de quiebra técnica. Tras dos subastas desiertas, en diciembre de 1935 apareció un primer y único interesado en su arrendamiento, Fernández López.
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Firmó contrato de arrendamiento hasta 1955 y el negocio lo revitalizó de forma extraordinaria. Fue, por ejemplo, la primera firma del país en elaborar salchichas y hamburguesas. Entre 500 y 615 trabajadores tuvo de media. En 1955 siguió como accionista tras la entrada de una empresa pública.
«He disfrutado muchísimo investigando y escribiendo sobre lo que para mí es un auténtico hombre del Renacimiento en el siglo XX porque Fernández López no paró de crear empresas», subraya Gallero. Y otra relevante fue Transfesa (1943), con sede social en Badajoz, referente en el transporte ferroviario de mercancías por Europa en las décadas de 1940 y 1950 y patentó un sistema de cambios de vías para unir por tren a España con el continente europeo en el paso de los Pirineos. También creó Industrias Frigoríficas Extremeñas.
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Además, el empresario gallego dio cobijo en Zeltia y en el Matadero de Mérida a científicos represaliados por el franquismo, como Miguel Catalán, Faustino Cordón o Vicente Sos Baynat.
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