Un solo décimo del tercer premio deja en Cáceres 50.000 euros

En la administración de lotería 'La Milagrosa' el décimo agraciado con el tercer premio sabía ayer a mucho más. 50.000 euros que generaron las clásicas escenas de alegría y cava de los días grandes en los que hay cosas que celebrar. «Estoy alegre y contento, es un tercer premio que viene a Cáceres, es lo que hay que ver», decía ayer Jorge Sánchez, el dueño de este estanco ubicado en pleno centro de Cáceres, en la avenida Virgen de la Montaña. Emitido a través de máquina es la pingüe porción del sorteo navideño que ha caído en una ciudad en la que no suele fijarse la fortuna en este sorteo. Como suele decirse, pasa de largo.

Este punto de venta abierto en 2013 ya tiene amplia experiencia dando premios en la Lotería de Navidad. En 2014 y 2015 dieron sendos quintos premios, en 2018 el Gordo y este año, un tercero. Buen balance, reconoce Jorge, que cree que entregar premios, además de la alegría para el portador del décimo, siempre viene bien al establecimiento. Es un efecto colateral más que deseable. Publicidad y boca a boca. «La gente vamos a buscar la suerte donde ya se han dado premios, crecen las ventas y eso hace que se aumenten las posibilidades de que toque», explicaba este lotero, un poco nervioso al principio ante la llegada de los medios y de la delegada de Loterías y Apuestas del Estado, María Julia Sanguino, para entregarle el título acreditativo del premio entregado y camisetas conmemorativas de este momento.

El premio salió hacia las once de la mañana, dos horas después del madrugador Gordo. 'La Milagrosa' es un local que abre todos los días de la semana y que ayer domingo vivía su rutina habitual de venta de tabaco y prensa con un ojo puesto en la pantalla de la televisión y la transmisión en directo del sorteo.

Del agraciado, pocas noticias. «Ésta es una de las entradas de los turistas a la parte antigua, por aquí pasa muchísima gente, notas por el acento que son de Málaga, del País Vasco de Cataluña, o posiblemente puede ser algún vecino de aquí también».

Sobre el hecho de que el décimo sea de terminal, dice que cada vez hay más aceptación de esa fórmula y que terminará imponiéndose. Al principio había personas a las que había que convencerlas de que era exactamente igual que el décimo clásico ya impreso. Sánchez cree que la protección al medio ambiente hará que al final se imponga el décimo de máquina. «Imprimir esos billetes, el transporte, el papel, para destruir todo lo que no se vende es un coste muy alto, no solo económico sino también ecológico».