Las tiendas de animales de la región temen que la futura ley les obligue a cerrar

Pese a lo anterior, no es el mejor momento para regentar una tienda de animales y sus accesorios porque una ley va a limitar tanto su oferta como la tenencia de los clientes en sus casas.

La Ley de Bienestar Animal que prepara el Gobierno entrará en vigor en cualquier momento de 2023. «Por lo que sé de esta ley, me parece fatal, será un golpe muy duro, ya veré si resisto como tienda. Llevo en esto desde los 16 años, ahora tengo 40 y estoy a la expectativa», decía esta semana Carlos Garrote, de Piensos San Roque, donde vende complementos, sobre todo, para aves y roedores, aunque también oferta cuatro cachorros de perro.

La ley tiene entre sus objetivos erradicar los abandonos. Pero el sector está sumido en dudas sobre cómo se materializará. «Será un hachazo. Si tengo que dejar de vender pájaros y quedarme con una pecera me mandan para casa», afirmaba esta semana Francisco Barros, de la tienda Fauna en la carretera de La Corte de Badajoz. En su interior se encontraba un criador de pájaros, Javier Sánchez, espantado con la ley que prepara el Gobierno. Él asegura que cada vez que una localidad organiza un evento de canaricultura se llenan los hoteles, así que si se prohiben se resentirá la economía local. «A Zafra hace poco fueron 13.000 pájaros a competir y a Talavera de la Reina van a ir 16.000 al campeonato de España, el alcalde está encantado», decía. «Y si él no puede criar pájaros, yo dejaré de vender alpiste, una ruina», apostillaba Barroso tras el mostrador.

Hasta donde se sabe, los canarios sí se podrán tener en casa, no así las aves cantoras que son capturadas en el medio silvestre. Empresarios y aficionados están llenos de dudas.

La Ley de Bienestar Animal considera a estos como «seres sintientes», no como hasta ahora, que eran cosas o bienes. Está impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, encabezado por Podemos, socio minoritario del Gobierno, donde el PSOE negocia para excluir a los perros de caza consciente del dinero que mueve esta afición en muchos pueblos y los votos que perdería dificultar su práctica.

Explotaciones ganaderas, transporte, o animales para experimentación científica también son abordados en la ley, que de momento deja para más adelante revisar la tauromaquia.

Mientras, las tiendas de mascotas sienten que se quedan desamparadas y cunde la incertidumbre, a pesar de la circular de la Asociación Española de la Industria y el Comercio del Sector del Animal de Compañía (Aedpac). Esta afirma que ha sido al fin recibida por los grupos políticos cuyos diputados están inmersos en la redacción del futuro texto legal y desmiente que vayan a prohibirse hámsters, conejos o periquitos.

Es cierto que la nueva ley no prohibirá tenerlos en casa, pero sí regular su cría. Pero, sobre todo, sigue pendiente la elaboración por parte de un comité científico de un listado de especies autorizadas que no incluirá a muchas que hoy se ofrecen en las tiendas.

La finalidad es cortar la llegada de especies invasoras si estas se escapan o son abandonadas. Igualmente, todo apunta a que la venta de gatos, perros o hurones quedará desterrada en tiendas y la adquisición de estos solo podrá ser por adopción. Lo que sí parece consensuado es que a partir de su entrada en vigor a lo largo de 2023 habrá un periodo para darle salida a los animales que queden en las tiendas.

A la Ley de Bienestar Animal le queda el trámite parlamentario con la correspondiente votación de enmiendas (más de 600) al texto original cuyo plazo de presentación se cerró en octubre. Pero a día de hoy existe gran confusión en las tiendas que venden animales de compañía, como reconoce Pablo Bugallo, de la tienda Tropical Zoo, que está en el Carrefour de Valdepasillas, en Badajoz. El miércoles apareció una madre interesándose por un camaleón, su coste y cuidados y el padre reconoció a este diario que tenía bastantes dudas sobre si la futura ley afectaría a la tenencia de esta posible nueva mascota.

En opinión de Bugallo, que lleva quince años en el sector, «Esta ley nos destroza económicamente y puede que el 90% de estas tiendas tengan que desaparecer porque solo de peces no se puede vivir. De hecho, el animal vivo no te deja apenas dinero, se gana con los accesorios y la alimentación. De aprobarse, fomentará el mercado negro porque hay muchas familias que son partidarias de tener mascota. A personas mayor les hace compañías y con los niños se fomenta en ellos una responsabilidad», defiende.

No es la primera vez que las tiendas de animales están en el foco de las autoridades. Por un lado, se vigila desde 2013 que no vendan especies invasoras, algo que en estos establecimientos tienen muy en cuenta, según dicen. Por otro, se prohibió la exposición al exterior de animales en los escaparates, para evitar compras por impulso y fomentar la adquisición responsable.

Hoy día en el interior se pueden ver todavía cachorros de perro y cada vez menos gatos. Abundan los pájaros, peces de muchos tipos, roedores como cobayas o conejos y reptiles, principalmente iguanas o camaleones. Tiendas como la Bugallo tiene además arácnidos. «En todos los casos hay una trazabilidad que empieza con la emisión de una factura», asegura.

Sin embargo, reiteran todos los empresarios consultados, la caja que hacen se basa sobre todo en complementos y en estas fechas hay hasta galletas con decoración navideña para perros y gatos. Otros sostienen que con esta ley no está todo perdido pues sus cuentas indican que las mascotas tienen mucha aceptación en la sociedad extremeña.

Una franquicia que ha abierto en un centro comercial de Extremadura no vende animales, solo complementos. El local tiene 500 metros cuadrados y aseguran que tienen más de 8.000 referencias. «En navidades se vende mucho porque ya reciben regalos hasta los animales de compañía», señala su gerente.