Extremadura comienza una temporada de caza mayor en la que espera celebrar 1.500 monterías

«El agua que cayó en la primavera ha permitido que en el campo haya una buena cantidad de comida, lo que siempre facilita mucho la crianza de los animales», explica el representante del sector cinegético regional, que espera una temporada «mejor que las de los últimas, que estuvieron marcadas por las consecuencias de la sequía».

La principal novedad de la campaña que comienza este sábado es la nueva regulación sobre controles veterinarios para monterías, ganchos y batidas, presentada el pasado jueves en Mérida por la consejera de Salud y Servicios Sociales y su homólogo de Gestión Forestal y Mundo rural. Entre los cambios introducidos destaca que las vísceras de las piezas abatidas, como hígado, pulmones o corazón, ya no tendrán la consideración de sandach (subproducto de origen animal no destinados a consumo humano) y podrán comercializarse.

Además, se mejoran las condiciones en que los veterinarios realizan inspecciones, limitando el personal que puede asistir a esos trabajos. Y otro cambio: si tras una primera inspección de los ganglios submandibulares hay sospecha de enfermedad, se realizará una segunda que dará lugar al decomiso parcial o total, lo que permitirá en ocasiones aprovechar la parte del animal no afectada.

Las modificaciones han sido consensuadas entre la administración autonómica, la Federación Extremeña de caza y la industria cárnica, y en opinión de Gallardo, son «una buena noticia y beneficiarán a todas las partes implicadas». En cuanto a su repercusión sobre la temporada de caza que está a punto de empezar, cree que «rebajará los costes de organización de las acciones cinegéticas y permitirá a la industria cárnica un mayor aprovechamiento de las canales».

En contraposición, «el mercado de la carne de caza está ahora con unos precios más bajos de lo que nos gustaría», apunta el presidente de la Federación. Es la nota más negativa de este inicio de campaña. «En enero y febrero, tras la Navidad, hubo un parón en el consumo, y además hay que tener en cuenta que en Europa entra carne de caza de todo el mundo, y que hay países muy potentes en este sector tan competitivo, como son Australia, Nueva Zelanda o Polonia».

En el plano positivo, cita Gallardo la reducción de los cupos de ejemplares a abatir fijados en la declaración de emergencia cinegética, una herramienta de gestión cinegética que permite controlar las poblaciones de las distintas especies limitando los machos y hembras que se autoriza abatir en cada comarca. Para esta temporada, varios de los cupos han bajado entre un cinco y un diez por ciento».

La previsión es que durante la campaña que comienza este sábado se celebren en la comunidad en torno a 1.500 monterías. Los precios por participar en ellas oscilarán entre los 110 a 150 euros de las sociales, y los 5.500 o más de las que se desarrollan en fincas privadas muy concretas.

«Casi todas las monterías tienen ya la mayoría de sus puestos vendidos», apunta José María Gallardo, que asegura que «Extremadura tiene mucho tirón entre los monteros». «Viene mucha gente de Madrid, y también franceses –amplía–. Les gustan nuestras monterías porque son diferentes, gracias sobre todo a nuestra orografía, más abrupta que en otras comunidades». «Y además –concluye–, aquí tenemos presencia de todas las principales especies de caza mayor: ciervo, muflón, jabalíes, gamos... La estadística sobre capturas en los últimos años es bastante estable, con variaciones ligeras, y esto nos habla de que en Extremadura se está haciendo un aprovechamiento cinegético sostenible».