¿Qué ha pasado este lunes, 8 de diciembre, en Extremadura?
Ana García, en el Parador de Mérida la semana pasada. J. M. ROMERO

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Ana García
«El teatro es mi vida»

Actriz desde niña ·

Vive en Tavira, nació en Almendralejo y trabaja con compañías extremeñas

Sábado, 5 de octubre 2024, 07:57

Ana García Pérez (Almendralejo, 1979) es actriz desde que en 6º de EGB la seleccionaron para una obra teatral. «El teatro me eligió», evoca. Desde ... entonces, no ha parado: pasacalles con Samarkanda, obras teatrales con Karlik Danza, etcétera. En el Festival de Teatro de Mérida, la marcó su trabajo para 'Las Parcas', después fue Antígona y fue Andrea en 'Los gemelos', un personaje con vida propia. Está de gira con 'Anasté' de Marino González y De La Luna Teatro, 'Esperando la carroza' de Suripanta Teatro y 'La isla del tesoro' con Panduro. En 'Del grito a la palabra', de Verbo Producciones con la actriz Paca Velardiez, ha colaborado en la dramaturgia y la dirección.

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–¿Vivir del teatro?

–¿Qué es para cada uno vivir? No he elegido el teatro para vivir, sino que el teatro es mi vida. La vida no es traer dinero a casa, sino la energía, las acciones… La vida en mí se da a través del teatro.

–¿El ánimo, el cuerpo?

–Tu ritmo vital se va adecuando a lo que el teatro te propone. Te pide horas de ensayo presencial, estudiar en casa, te obliga a viajar. Has de adecuar lo interno a lo externo. Has de conseguir que ese viaje físico para actuar se acomode a tu ritmo de vida. Acababas una función en Andalucía y al día siguiente te ibas a Galicia y actuabas en una obra muy dinámica. Ahora, adecúo el ritmo del teatro a mi cuerpo. Con 45 años, hago viajes más cortos, escojo obras más intensas hacia dentro.

–¿Escoge obras?

–El actor nunca se ve en el papel de buscador. Como actriz, la vida me ofrece y yo escojo. Hubo un tiempo en que no podía escoger, tenía que salir adelante, me tenían que conocer y todo te vale. Ahora puedo escucharme, unir mi trabajo a un proceso evolutivo propio e igual no hago ciertas cosas. Son otras etapas de la vida que tienen que ver con el cambio de valores y las prioridades.

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–Hablemos de prioridades.

–Mi prioridad como persona sería ser feliz. ¿Pero qué es ser feliz? Si lo tengo que expresar con una sensación, sería estar en paz conmigo misma, sacar lo mejor de mí y que el trabajo me ayude a obtener esa paz y a darla. Todas las profesiones son herramientas para llegar a esa paz, pero a veces se nos olvida que es eso lo que buscamos y usamos el trabajo para otras cosas.

–Vive en Tavira (Algarve) con su pareja y trabaja en Extremadura.

–Estar tanto tiempo separada de mi pareja me ha hecho entender que la mejor manera de amar al otro es con la libertad y la confianza. He aprendido a relacionarme con las despedidas, con la ausencia. Si estás todo el día con una persona, dejas de valorar el estar con ella porque no tienes el no estar. Descubrir que el ser humano es capaz de amar a otro sin compartir tiempo ni espacio ha sido para mí una gran noticia.

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–¿Lo social, lo político…?

–No creo en solucionar ningún problema social o político metiéndome en él porque me seguiría quedando en él. Puedo montar una obra con dos políticos discutiendo, pero me quedaría en el mismo sitio. El cuerpo me pide abarcar el problema desde la individualidad. Debo distinguir la diferencia entre el mundo inventado de las ideas, fruto de la memoria y la educación, y la realidad, la verdad. La violencia con los extranjeros o en los campos de fútbol la puedes tratar desde la política o desde el arte. La diferencia es que la política lo va a trabajar en masa y el arte apela a tu individualidad.

–¿El teatro nos salva?

–Nos salva la transformación personal. Creo en la salvación propia, en la revolución propia. Cualquier instrumento que nos lleve a eso puede ser un instrumento de salvación. Por ejemplo, el teatro. Pero no te salvas por ver una obra. El teatro es un medio, el fin eres tú.

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