Un claro de tres horas fue suficiente

Los truenos y el chubasco de las cuatro y media casi condenaban a la tarde del Domingo de Ramos de Mérida. Pero las previsiones hablaban de un paréntesis de tres horas entre las seis y las nueve y a ese claro se agarraron las dos cofradías para inaugurar la Semana Santa.

En el barrio de la Argentina, la Sagrada Cena y Nuestra Señora del Patrocinio salieron con casi una hora de retraso y con un recorrido recortado, pero suficiente para llegar hasta la carrera oficial y emprender la vuelta desde el Templo de Diana.

Todavía con las calles mojadas, charcos y el arco iris en el horizonte, la cofradía inaugural recuperó la tradición de 'pedir la venia' en la puerta de la Casa Hermandad ante un escrupuloso silencio en la calle de los vecinos para alzar a la Sagrada Cena. Con la Virgen, las 35 costaleras sintieron en todo momento el calor de los fieles, pero fue en el entorno de la Puerta de la Villa donde más arroparon al paso.

Ya en la plaza de España, la cita fue para una de las cofradías más populares de la ciudad y uno de los pasos con más seguidores: La Entrada de Jesús en Jerusalén, 'la Borriquita'. Empezó puntual y con la seguridad en ese momento de que las nubes estaban replegándose. Espectacular, como siempre, la salida del paso por la puerta de la Concatedral. La complejidad por ser las imágenes más altas que el dintel de la puerta arrancó los aplausos de los que presenciaron la salida. En la plaza de España se vivió un ambiente más desangelado que en otras ediciones por el frío. La Banda de Cornetas y Tambores de la OJE de Mérida y la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Nazareno de Jerez acompañaron a la imagen. Destacable también el número de nazarenos con palmas blancas que rodearon el perímetro de la plaza de España.