«Habría que poner de moda la arquitectura porque aporta mucho a la sociedad»
José María Sánchez García. Arquitecto extremeño de reconocido prestigio internacional
José María Sánchez García (1975, Don Benito) vivió en Extremadura hasta los 18 años, cuando se fue a estudiar Arquitectura a Madrid. Se licenció por la Escuela Politécnica de la capital y allí también hizo el doctorado. Hoy sigue ligado a ese centro del que actualmente es profesor titular en el departamento de Proyectos Arquitectónicos, tras impartir clases en universidades internacionales como la ETH de Zurich y la Academia de Arquitectura de Mendrisio, ambas en Suiza y consideradas un referente en su sector. En 2006 montó su propio estudio, justo en el año que este extremeño adecuó el entorno del templo romano de Diana, en Mérida. Precisamente, su trabajo ha sido reconocido con el Primer Premio BSI Swiss Architectural Award, un galardón bienal que otorga la academia suiza a un estudio que pueda marcar la tendencia y las líneas de trabajo en un futuro a nivel internacional.
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–¿Con la rehabilitación del entorno del templo de Diana empezó su carrera?
–Fue un trabajo muy importante porque requería un análisis y un entendimiento para trabajar en lugares con una fuerte carga patrimonial y arqueológica. Además, fue el proyecto que me permitió montar un estudio de arquitectura con total autonomía para dedicarme a trabajar en mis propios proyectos. También ha sido muy importante en mi trayectoria el Centro de Tecnificación Deportiva El Anillo. Son fundamentales porque tratan temas que luego se han convertido en obras de investigación. Han servido de base para plantear las líneas de trabajo e investigación que se han desarrollado posteriormente en nuestro estudio.
–¿Enfrentarse a ese tipo de proyectos da vértigo?
–Da responsabilidad, que es innata a nuestra disciplina. La construcción tiene una incidencia muy fuerte en la sociedad para bien y para mal y esa responsabilidad siempre nos debe acompañar. Ahora, por ejemplo, estamos desarrollando otro proyecto complejo y cerca del Templo de Diana, que es la relación de lo que era el antiguo convento de las Concepcionistas en Mérida, para crear un nuevo y pequeño parque para la ciudad. Es un reto que afrontamos con la misma responsabilidad y cuidado.
–Luego han ido llegando reconocimientos a nivel nacional e internacional.
–A raíz de ahí seguimos trabajando en distintos concursos a nivel nacional e internacional y tuvimos la suerte de ganar varios de ellos. Y el último proyecto que hemos ganado es la rehabilitación del entorno del Castillo de Locarno, en Suiza. Es un edificio donde las trazas originales se cree que son propias de Leonardo da Vinci y ahora estamos justo comenzando el proyecto.
–¿Cómo es el proceso de construcción de un proyecto de estas características?
–Para mí la arquitectura se basa en líneas de trabajo y de intereses propios como es la transformación del territorio a través de la geometría y que cada proyecto vaya avanzando hacia la investigación. Es muy importante hacer un análisis crítico muy exhaustivo de los condicionantes previos, ya que son edificios muy protegidos. Todo eso apoyado por técnicos y disciplinas muy diferentes que nos hacen tener una visión global de toda la situación. La aproximación que hacemos siempre es bastante contenida hasta que encontramos la oportunidad de proyecto. Pensamos que es más importante entender qué hay que mantener, qué hay que poner en valor, qué tiene vigencia y qué funciona correctamente para actuar tan solo en aquellos puntos que permitan revitalizar y dar una segunda oportunidad a esos edificios.
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–Montó su estudio de arquitectura en 2006 en Madrid. ¿Por qué no en Extremadura?
–Fue algo natural y por mi vinculación con la universidad. Sigo muy vinculado a Extremadura y voy mucho. Al inicio de mi carrera la mayor parte de mi trabajo estaba en Extremadura.
–¿Se ve volviendo a Extremadura?
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–Por supuesto. Aparte de que trato de mantener los lazos con mi tierra, toda mi familia sigue en Extremadura. No sé si algún día podré vivir de una manera continuada en Extremadura o me mantendré en la situación que estoy ahora.
–¿Por dónde pasa el futuro de la arquitectura?
–El cambio climático es nuestro gran reto y eso es innegable. Eso va a conllevar cambios importantes de metodología de trabajo y de tecnología. También vamos a tener que cambiar los recursos y materiales que utilizamos en muchos casos. Además, también es incuestionable que hay que trabajar sobre lo construido, en aquellos edificios que ya existen porque la huella ecológica es menor que hacerlo en edificios de nueva planta.
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–¿Pasa la arquitectura por un buen momento?
–La arquitectura sobrevive. O bien estamos en crisis porque hay un exceso de construcción o porque no tenemos medios económicos para responder a ella. Lo positivo es que en la sociedad hay una sensación de responsabilidad y somos más conscientes de las limitaciones. Cada vez se hace una arquitectura más responsable. Estamos en un momento bonito porque la sociedad ya ha superado la arquitectura un tanto icónica que intenta impactar por la tecnología y que conlleva unos gastos enormes y de mantenimiento. Es un momento muy interesante porque está habiendo un revisión profunda para alcanzar una arquitectura más responsable.
–¿Cómo ve a Extremadura desde el punto de vista arquitectónico?
–Extremadura es un referente internacional en arquitectura por muchos motivos. Desde el patrimonio que tenemos, no solo de edificios y entornos museísticos, sino que también tenemos una arquitectura tradicional, vernácula y que ha generado núcleos urbanos y tipologías de vivienda como la casa patio, así como sistemas constructivos como la importancia de la bóveda como mecanismo generador de espacio y de confort. Desgraciadamente, como ha pasado en otros sitios de España, sobre todo en la costa, no ha crecido en ocasiones adecuadamente. Eso es fruto de la necesidad de determinados momentos y por eso está ahí el reto de regenerar esas zonas que no están tan bien de la ciudad y proteger otras que son un ejemplo.
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–¿Cree que la arquitectura tiene el espacio que merece en los medios de comunicación?
–Tendría que tener muchísimo más, al ser una disciplina capaz de abrir más posibilidades a nuestros territorios, a las pequeñas poblaciones. Habría que poner más de moda a la arquitectura y a los arquitectos porque pueden aportar mucho la sociedad.
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–¿Cómo se informa habitualmente?
–Es innegable que nos llega mucha información a través de la prensa digital y de las redes sociales, de las que somos bastante reacios. No nos interesa mucho mostrar lo que hacemos porque puede conllevar distracción. Y ahí me dirijo a los más jóvenes porque creo que es muy importante acotar las redes para digerir bien la información que nos llega. A veces no es fácil centrar la atención en aquello que realmente tiene interés. La arquitectura debe convertirse en una línea de investigación abierta que con el tiempo vaya evolucionando, creciendo con cada proyecto. Creo más en esa línea y no en la que asume o acepta una moda que cambia cada poco tiempo.
–¿Qué le diría a los jóvenes que quieren estudiar arquitectura?
–Les animaría y les diría que fueran originales, que defiendan sus propios principios. Les animaría a buscar sus propias líneas de trabajo para que en un futuro pueda investigarse sobre ello.
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