«No podríamos entender la figura de Vostell sin la figura de Mercedes»
Agúndez, director del museo de Malpartida de Cáceres, destaca la «valentía» de la viuda del artista alemán, fallecida este domingo a los 90 años. «Fue una gran inspiradora», añade
José Antonio Agúndez tenía once años cuando el fluxus, el artista alemán Wolf Vostell y su esposa, la extremeña Mercedes Guardado, recalaron en Malpartida de ... Cáceres con la idea de abrir un museo nada convencional. Corría el año 1974. Aquel universo atrapó tanto al joven Agúndez que tiempo después decidió estudiar Historia del Arte y vincular la mayor parte de su carrera profesional al centro que dirige en el paraje natural de Los Barruecos desde hace tres décadas.
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«No podríamos entender la figura de Vostell sin la figura de Mercedes», apunta al otro lado del teléfono desde la capilla ardiente de Mercedes Guardado, fallecida este domingo a los 90 años de edad. Está instalada en el tanatorio Serfátima de Cáceres, frente a la estación de autobuses. Sus restos serán trasladados al cementerio civil de Madrid, donde descansan los del artista germano.
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Adiós a Mercedes Guardado, viuda de Wolf Vostell
«Hemos tenido una relación intensa a lo largo de estos años. Somos casi familia», describe mientras recuerda que Guardado, originaria de Ceclavín y criada en Cáceres, era la directora artística del Museo Vostell Malpartida, un cargo del que nunca se desvinculó del todo. Tanto es así que durante estos últimos años, cuando la viuda de Vostell residía en una residencia de mayores y sus problemas de psicomotricidad dificultaban sus desplazamientos, el equipo del museo la hacía partícipe de todos los proyectos.
«Conocí a Mercedes y a Wolf cuando llegaron a Malpartida hace tantísimos años. Entonces yo era un niño, uno más de los malpartideños que acudíamos a ver todas estas cosas tan extrañas y tan raras que llamaban arte y que nos dejaban a todos verdaderamente descolocados», relata. «Luego tuve la oportunidad, estudiando la carrera de Historia del Arte, de tener contacto personal con ellos. Para mí fueron mis grandes maestros del arte y de la vida», cuenta Agúndez.
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«Fui uno de los primeros malpartideños que hizo Historia del Arte y eso fue un poco también el enganche que tuve a Vostell. Cuando él supo esto, me cogió especial cariño porque entendía que yo era uno de los primeros frutos del museo. Y, lógicamente, para mí fue una maravilla conocer a unas personas que conocían todo el mundo del arte y que eran referentes en Centroeuropa. Con ellos viajé, con ellos estuve en exposiciones internacionales...», evoca.
«Para mí Mercedes y Wolf fueron mis grandes maestros del arte y de la vida; con ellos viajé y con ellos estuve en exposiciones internacionales»
«Consiguió meterse y ser una más dentro del grupo de los artistas de Vostell; era una mujer que tenía su temperamento, su criterio y que fue todo para Vostell»
De la personalidad de Mercedes, escritora y maestra, destaca su valentía. «Era muy valiente. Inmediatamente, consiguió meterse y ser una más dentro del grupo de los artistas de Vostell, en unos movimientos absolutamente internacionales. Era una mujer que tenía su temperamento, su criterio y que fue todo para Vostell». La cacereña y el alemán se conocieron en 1958 en Guadalupe, localidad en la que ella ejercía de maestra. «Aparte de ser su mujer y la madre de sus hijos -David y Rafael- , fue también musa, colaboradora, asistente, secretaria... », admite Agúndez. «Era la referencia de Vostell».
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Extremadura y el arte contemporáneo
El director del Museo Vostell Malpartida, que fue director general de Promoción Cultural de la Junta de Extremadura de 2011 a 2015, destaca también la lucha de Mercedes para que el arte contemporáneo se expandiera por Extremadura. «Contribuyeron a abrir a Extremadura las puertas de la modernidad. Mercedes siempre defendió la autenticidad de Extremadura y la posibilidad de hacer este museo de arte contemporáneo aquí», señala en referencia a las instalaciones de Los Barruecos.
Extrovertida, accesible y con don de gentes. Así recuerda Agúndez a Mercedes, al tiempo que señala que también era «una gran inspiradora» para su marido. Como Gala lo fue para Dalí.
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