Nueve obras para nueve museos extremeños

Hoy miércoles se celebra el Día Internacional de los Museos, que desde 1977 se conmemora el 18 de mayo y este año lo hace bajo el lema 'El poder de los museos'. Por ello, los diferentes centros museísticos de la región han programado visitas guiadas, conciertos y actividades especiales, algunas destinadas a escolares.

Además de cuentacuentos relacionados con alguna obra en aquellos museos que dependen de la Junta de Extremadura, el Museo Nacional de Arte Romano en Mérida, por ejemplo, ofrece hoy una jornada de puertas abiertas con voluntarios explicando piezas. Por su parte, el Museo de Bellas Artes de Badajoz, dependiente de la Diputación provincial, inaugura esta tarde una muestra con los doce cuadros que hay en la subida al camerín de Guadalupe; mientras que la Diputación de Cáceres el Museo Casa Pedrilla, incorpora a un personaje cacereño, Pedro de Lorenzo (1917-2000), con objetos personales, mientras el Museo Etnográfico Textil Pérez Enciso de Plasencia acogerá la exposición 'Los soles que atrapan la luz', con trabajos de Rosario Serrano, especializada en bordados.

El diario HOY, por su parte, ha preguntado a responsables de nueve museos de Extremadura qué obra destacan en un día cómo hoy y por qué.

Es una de las piezas más reconocibles del Museo Vostell Malpartida y todo un icono del arte fluxus que el artista alemán Wolf Vostell sembró en los Barruecos. La pieza elegida por el director de este museo, José Antonio Agúndez, se llama '¿Por qué el proceso entre Pilatos y Jesús duró solo dos minutos?'. Compuesta por los restos de un avión soviético, el caza MiG 21, por pianos y coches, es una obra, según Agúndez, «en la que Vostell cuestionaba la realidad de su tiempo, que es la realidad de nuestro tiempo también, es un alegato contra la brutalidad de los hombres que, a pesar de los muchos años, 2.000, sucedidos desde aquel famoso juicio entre Pilatos y Jesús, seguimos haciendo valoraciones muy anticipadas, previas, de absolutamente de todo»

El hecho de que las cigüeñas hayan colonizado esta instalación es para Agúndez muy significativo de estos tiempos de guerra en los que vivimos. «La naturaleza, la tierra, ha sido capaz de absorber todas las desdichas, todas las maldades, que el hombre hace contra ellas, la vida se impone, pero la pregunta es hasta cuándo».

Noelia Martínez Sánchez es técnica auxiliar del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida. No esconde la curiosidad que le despierta el Mosaico de los Aurigas. Del siglo cuarto, pocas piezas tan grandes como la que se encontró en la calle Arzobispo Mausona de Mérida y con tanta información sobre la imagen del circo que representa.

En cada una de las escenas laterales se representa un auriga victorioso conduciendo una cuadriga. Los dos visten el típico corselete con bridas sujetas a la cintura y portan la palma del triunfo y la fusta en alto en señal de victoria. Se han identificado como Marcianus y Paulus respectivamente, gracias a las inscripciones: MARCIANVS NICHA y PAVLVS NICA. Otros dos rótulos consignan el nombre de uno de los caballos, INLVMINATOR («el que guía»), y también el del criador o propietario de los mismos, GETVLI.

Cuenta Noelia que no es habitual que en este tipo de pavimentos se escribieran los nombres propios de los aurigas, pero explica la popularidad del circo y el reconocimiento que tenían los que participaban en los juegos.

Una colección de cinco cuadros que estaban en el edificio contiguo de La Giralda de Badajoz es ahora mismo la elección de Maite Rodríguez, directora del Museo de Bellas Artes de Badajoz. Son de Antonio Juez (Badajoz, 1893-1963), están dedicados a la mujer y de este conjunto elige el óleo titulado 'Venus', pintado en el contexto del feminismo de la época.

«Tenemos mucha obra de Antonio Juez, artista decadentista, término que surge de los academicistas de Francia. Entonces había dos representaciones de la mujer: como María y como Eva, es decir, como esposa y como aquella que lleva al hombre a la perdición. Con el arte decadente la figura de la mujer empieza a ser transgresora y en el arte Antonio Juez esa Venus que siempre se tapa y es pudorosa, aquí no, aquí está provocando al espectador», explica Rodríguez.

El artista italiano Mario Merz firma la obra 'La casa del jardinero', una de las últimas incorporaciones a la colección del Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear de Cáceres, ya que se compró en la última feria Arco y se puede ver desde el pasado mes de marzo.

Miguel F. Campón, responsable del área de mediación cultural de este espacio, explica que la obra, esta especie de iglú elaborado entre los años 1983 y 1985, «es una casa para soñar que se diferencia del concepto de la casa como fábrica» e «incorpora elementos como la cera de abeja, piñas o una concha, todo ello relacionado con la secuencia de Fibonacci», una sucesión que se encuentra en configuraciones biológicas. La elección de esta obra en el Día Internacional de los Museos , explica Campón, tiene que ver con la actualidad, con la reflexión «sobre la naturaleza y la ecología».

De una colección permanente con unos sesenta autores, la conservadora del Meiac Rocío Nicolás ha elegido al padre del fotorreportaje, el norteamericano Eugene Smith y su icónica fotografía titulada 'Guardia Civil'. Esta imagen fue publicada en la revista Life, que lo envió a Deleitosa (Cáceres) para retratar la España rural de los años cincuenta.

El fotógrafo estadounidense tiró varios carretes y Life finalmente publicó 13 fotos para una serie que tituló 'Spanish village'. Además de 'Guardia Civil', en el Meiac de Badajoz se pueden ver cuatro imágenes más: 'La hilandera', 'Mujer cubierta en las sombras', 'Vestido de primera comunión' y la sobrecogedora 'El velatorio'.

«El Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Meiac) adquirió esta colección de originales positivadas por el autor en 1999 porque una de sus vocaciones es la recuperación del patrimonio disperso por Extremadura, pero no solo producido por artistas extremeños, sino también poder mostrar visiones extranjeras, como es el caso».

El director del Museo de Cáceres, Juan Valadés, fija la mirada en una piez de la provincia de Cáceres que se encuentra expuesta en la sección de etnografía. En concreto subraya la importancia de una candilera que procede de la localidad de Torrejoncillo. Se trata de una pieza que contiene tres candiles, el del centro de dos alas y los laterales sencillos. «Se hacían de hojalata a mano y los hacía el hojalatero Vicente Rivero Vergel, que tuvo un próspero taller en la localidad desde los años 40». Esta pieza fue adquirida en 1982 por los hermanos Demetrio y Emilio González Núñez, que fueron los que la cedieron al museo.

Los candiles eran piezas que las mujeres llevaban al ajuar cuando se casaban, lo cual denotaba el nivel económico de la familia, explica Valadés, que ha elegido esta pieza en el Día de los Museos para subrayar cómo los objetos de uso que formaron parte de la vida cotidiana de las personas son también verdaderas obras de arte.

Para Guillermo Kurtz, director del Museo Arqueológico en Badajoz, un togado que da la bienvenida en el patio del edificio es su obra más peculiar.

«Este togado del siglo I viene de Miróbriga, representa al emperador Tiberio y me paro en esta porque la usamos para explicar qué proyectamos nosotros al ver una pieza. Normalmente la gente la admira como estatua romana que es, pero esta fue fusilada con postas por los milicianos en la Guerra Civil, en Capilla. Lo cuentas y la gente dice que qué barbaridad que atentaran contra una obra de arte, pero no es eso. Esos milicianos entendieron perfectamente el sentido de esta pieza. Es una representación que la gente del emperador mandaba a las provincias para decir que mandaba él y se le debía obediencia y sumisión. Lo que quiero decir es que al contemplar una pieza antigua hay que detenerse y saber qué proyecta».

Agustín Velázquez, el conservador del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, defiende la relevancia de la colección visigoda. Eclipsada siempre por la monumentalidad del arte romano, la visigoda es la serie de arte visigodo más importante de España.

Su pieza singular en este caso es la gran inscripción de una iglesia dedicada a Santa María que se halló en la Alcazaba, reutilizada se encontraba en uno de los dinteles de la entrada. Hay una alusión a Santa Eulalia, pero también a Santiago. Se trata, por tanto, de la inscripción más antigua donde se menciona una reliquia a Santiago. La inscripción es del siglo VIII. Singular también porque los árabes la pusieran en su Alcazaba. Lo que refleja una intencionalidad clara de las autoridades de la reciente dominación para reflejar el expolio y la supremacía sobre el cristianismo.

Entre las 180 obras de arte que conforman Las Edades del Hombre, «podríamos elegir cualquiera por su valor», aclara Antonio Luis Galán, comisario de la exposición que se muestra en las catedrales placentinas. Sin embargo, «por su peculiaridad destaco el Cristo del Sagrario, un anónimo del siglo XVII que la familia Corro Carrascal envió desde México hasta Fuente de Cantos». Una obra característica del arte novohispano «que representa la confluencia entre los modelos de Cristo que los conquistadores llevaron al Nuevo Mundo y la técnica que ya empleaba para las imágenes la tribu tarasco». Antonio Luis Galán explica que «el armazón es de caña de maíz y se va recubriendo con una pasta elaborada con la misma materia hasta darle la forma deseada». Un Cristo de grandes dimensiones pero con poco peso, el vientre hundido y la cabeza y los cabellos muy bien trabajados.