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El Bola, en Hoyos en febrero de 2015. ESPERANZA RUBIO
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Mejores frases de El Bola

Adiós a un artista. Antología de declaraciones que definen a un personaje auténtico

Miércoles, 25 de septiembre 2024, 08:18

El Bola ha muerto. Entrevisté varias veces a Juan Manuel Domínguez Sierra. Pocas personas daban tantos titulares en media hora. Una antología de esas ... frases lo muestran tal cual era: auténtico. No hacen falta más adjetivos.

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Religión: «Mi madre me decía: Juan Manuel, hijo, con lo buen cristiano que eras tú de niño, todo el día con el misal rezando, que ibas para cura, ¿cómo puedes decir que eres devoto de un dios tan raro que se llama Shiva?… Siempre que me siento mal, leo al Dalai Lama… La bajada de la Virgen de la Montaña me trae recuerdos de amigos que creían y de mi madre».

Su evolución: «Lo que de verdad me cambió fue Barcelona. Al acabar COU en el colegio San Antonio, me fui allí a hacer la mili y cuando volví era otro… Siempre me ha tirado la izquierda, yo era del PSP, el partido del profesor Tierno Galván, pero cuando se unió al PSOE, me hice más radical, me junté con gente de la CNT».

El trabajo: «He sido cabaretero, pinchadiscos, opositor a funcionario, aspirante a la alcaldía de Cáceres, ordenanza… En Villanueva de la Vera, era un cartero punki vestido con camisetas de colores y las señoras me confundían con el butanero… Tras un año sabático, cogí un pub de la calle Gallegos. Como tenía un ambiente sexual mixto, yo lo llamé Gay-Egos 28. Lo decoré con barbis lesbianas y madelmans homosexuales. Era 1996 y en la puerta del pub había cola para ver a los gais. Cáceres seguía siendo un pueblo».

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La Botika: «Yo era pinchadiscos en el pub Rita de La Madrila, que dirigían Paco Lobo y Marce Solís. Era el año 1986, decidimos hacer un 'play back' con canciones de Almodóvar & Mcnamara y de ahí salió el grupo teatral La Botika. Desde el primer espectáculo, intentamos reírnos de nuestras costumbres. Cuando declararon Cáceres Patrimonio de la Humanidad, nuestra obra se tituló 'Patrimonio de la Humedad'. En Jarandilla, el alcalde prohibió nuestra actuación porque en el cartel aparecían el Corazón de Jesús, una señora planchando y una vaca. Sin haber visto el espectáculo, dijo que en el escenario nos desnudábamos y matábamos a un cura con botes de ketchup, pero lo más fuerte que hacíamos era cantar esa jota aragonesa que dice: Chúpame la minga Dominga, que vengo de Francia».

La pinta y la pintina: «De mí se ha llegado a decir que me había expulsado de Cáceres el Ayuntamiento… En los supermercados me siguen, me tienen supervigilado… Cuando me ven venir, las señoras agarran fuertemente sus bolsos. Yo entonces agarro fuertemente el mío, a ver si se dan cuenta de que no les voy a hacer nada… Nací por la plaza de Italia y una señora, recién llegada al barrio, me miraba como si yo fuera un sinvergüenza, así que la paré y le dije: 'Señora, no me mire usted así porque quien no es del barrio es usted. Cuando el edificio donde vive no existía, yo ya me estaba haciendo pajas en el solar'».

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Cáceres: «Cáceres es tragicómica, melodramática y tonta del culo menos durante el Womad, entonces deja de ser tonta del culo… En Cáceres, sigue existiendo la división entre pijos y no pijos, como antiguamente. Parece que si no vistes de verde, eres drogadicto, maricón o, mucho peor, artista».

Hoyos: «Llegué a Hoyos el 1 de julio de 2014. Me convencieron unas amigas para que me viniera a trabajar de cocinero a su restaurante… Aquí recorro la sierra, pienso, doy vueltas por el casco viejo bajo la lluvia, en total soledad, bajo el paraguas, es como pasear por la parte antigua de Cáceres. Eso sí, al día siguiente todo el pueblo sabe que has estado paseando solo. En Hoyos, si no les mientes ni vienes de listo, te aceptan y les da lo mismo que creas en Buda, en Jesucristo o en nada».

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