La lince Flora y sus cuatro cachorros adoptivos ya sienten la libertad

Gracias a los collares de radiofrecuencia que llevaban las madres, se pudo localizar a sus cachorros para llevarlas a Zarza de Granadilla. Allí fueron criados con biberón, y luego se les juntó con Flora, que ha cuidado de ellos todos estos meses. Se trata de un hecho bastante inusual en esta especie animal. Flora acogió a los cachorros, les enseñó a cazar conejos y otros animalillos, y los cuidó como si fueran suyos.

La historia de Flora y sus hijos adoptivos la ha contado este miércoles Germán Puebla, director general de Sostenibilidad de la Junta de Extremadura, que ha asistido a la puesta en semilibertad de estos cinco animales. Han sido liberados en una zona de adaptación en el interior del Parque Nacional de Monfragüe, donde ya hay dos linces campeando.

Según explica la Junta en una nota, han sido liberados en una cerca de adaptación, donde estarán aprendiendo a cazar y a vivir en plena naturaleza durante al menos cuatro o cinco meses.

Puebla ha destacado que ha sido «una experiencia absolutamente asombrosa» ver cómo Flora acogió a los cachorros. Ella lleva un collar de radiofrecuencia (igual que los dos adultos que hay por la zona), por lo que se les podrá observar y comprobar cómo interactúan hasta el momento en el que los cachorros sean puestos definitivamente en libertad.

El proyecto cuenta con el apoyo de fondos europeos LIFE Plus y busca recuperar la especie y devolverla al campo extremeño como animal salvaje. «No queremos linces en zoológicos, queremos linces libres, como siempre han sido», ha concluido Germán Puebla.