Pilar Acosta, del ladrillo a capitanear el turismo
Desde 2019, es la vicepresidenta de la Confederación Empresarial de Turismo de Extremadura
MARÍA ISABEL HIDALGO
Lunes, 16 de agosto 2021, 07:09
Emeritense de nacimiento y cacereña de adopción, Pilar Acosta (Mérida, 1964) es desde 2019 viceprensidenta de la Confederación Empresarial de Turismo de Extremadura (Cetex). Un cargo que le llegó por sorpresa tras muchos años de trabajo en una profesión a la que la ha llevado el destino. Pilar cuenta que ha vivido tres vidas; la de la enseñanza, la que le ha dado el sector inmobiliario y la que le está ofreciendo el turismo. Son los sectores a los que le ha llevado el corazón, porque Pilar es mujer de sentimientos.
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Con la muerte de su padre dejó de atender a la razón para hacer caso a sus afectos. Dejó su trabajo en el Colegio Francisco Pizarro de Trujillo, donde ejercía de educadora social –ella pertenece a la primera promoción de estos docentes en Extremadura– para ponerse al frente de la empresa familiar, la promotora inmobiliaria Viassa.
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Biográficos Tiene 57 años. Está casada y es madre de dos hijos. Nació en Mérida, pero el trabajo llevó a su padre a Cáceres, ciudad en la que vive desde los siete años.
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Educación Estudió en el colegio Las Josefinas de Cáceres y en el instituto el Brocense. Posteriormente se formó en Magisterio en la Escuela de Formación de Cáceres.
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Profesionales Trabajó como educadora social en el colegio Francisco Pizarro de Trujillo. A la muerte de su padre dejó su trabajo como educadora para dirigir la empresa familiar, la promotora inmobiliaria Viassa. Actualmente es gerente del Gran Hotel Don Manuel y vicepresidenta de la Confederación Empresarial de Turismo de Extremadura.
La pasión por su familia y la responsabilidad que sentía con ellos la llevaron a convertirse en la primera mujer en España que presidió una empresa de construcción. Lo hizo porque le gustaba y porque ser la segunda hija de una familia de seis hermanos le hizo responsabilizarse de la situación. Ella era la única que ya había terminado sus estudios.
Fue duro para ella adaptarse a un mundo de hombres donde las mujeres no ocupaban cargos de responsabilidad
Cuando ocupó el cargo de su progenitor tenía 27 años y ninguna experiencia en el sector, tan solo contaba con la genética heredada de su padre y su abuelo para los negocios y el apoyo de su familia y su marido. A sus ganas le añadió la formación que obtuvo en la Escuela de Negocios de San Telmo donde hoy día forma parte del Consejo Asesor.
Como mujer fue muy duro adaptarse a un mundo de hombres, pues eran quienes solían ocupar cargos de responsabilidad. Lo habitual en las pequeñas constructoras era que las mujeres estuviesen al frente de las finanzas y minoritariamente se encontraban con técnicas y arquitectas en las obras. Su inquietud, las ganas de aprender y la necesidad de continuar creciendo le hicieron expandir el negocio y comenzó a fletar barcos para el transporte de cemento a países como el Congo y Argelia.
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Lo más doloroso para Pilar lo trajo la crisis del ladrillo. «No es fácil vender la empresa familiar por la que has dado todo», afirma. Para ella fue muy doloroso vender la compañía de su padre, aunque lo peor fue despedir al equipo de trabajadores. Recuerda esta crisis como una buena gestión porque antes de vender la empresa terminaron la construcción de 450 viviendas.
Turismo
La tercera vida de Pilar es la del turismo. Con la recesión económica se reinventó y puso en marcha el famoso dicho 'Cuando una puerta se cierra se abre una ventana'. Muchas son las ventanas que abrió Pilar en el Gran Hotel Don Manuel, que construyó en Cáceres y del que es gerente. El nombre del establecimiento es un homenaje a Manuel, hermano de Pilar que falleció en un accidente de tráfico.
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Al igual que su gerente este hotel es pionero en cosas como la obtención del certificado de responsabilidad social empresarial. Es el primer hotel de la región que cumple con valores de sostenibilidad. «Los pilares de mi formación se asientan en devolver a la sociedad parte de lo que esta te da», apunta. Acosta que tiene claro que hay mucho por lo que trabajar en Extremadura porque es una región privilegiada en la Península al encontrarse entre dos capitales europeas como son Madrid y Lisboa.
El interés por impulsar y mejorar las características del turismo regional hicieron que desde siempre haya pertenecido a Cetex. El cargo de vicepresidenta de la confederación, en el que lleva dos años, fue una sorpresa para ella. En ese tiempo, la organización está trabajando en un proyecto con la intención de poner turismo extremeño en lo más alto.
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Acosta forma parte del equipo que trabaja para que el Corredor del sudoeste ibérico Madrid-Lisboa sea una realidad lo más pronto posible. Ella cree que es el futuro del turismo en Extremadura. Esta iniciativa, en su opinión, solventará uno de los grandes problemas de los extremeños: las comunicaciones. «Tenemos riqueza cultural, natural y gastronómica; falta el tren».
La vicepresidenta de Cetex se fija en la costa mediterránea para llevar al futuro el turismo en Extremadura, por eso es la responsable del proyecto budista que se pretende instalar en Cáceres. Será la estatua de Buda más grande del mundo (60 metros de altura), lo que pondrá a la ciudad y a la región en el punto de mira internacional.
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Acosta ha sabido abrirse camino en diferentes sectores y cuenta que, de tener otra cuarta vida, habría sido médico. Además, entre sus inquietudes de futuro está terminar la carrera de Derecho, que comenzó antes de capitanear la empresa familiar. Pero sus planes más inmediatos pasan por ampliar el Hotel Don Manuel, quién sabe si en la región o fuera de ella.
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