Las graduaciones, otra inyección económica para Extremadura
De universidad y de instituto ·
El regreso de estas celebraciones son otro evento más que convierten mayo y junio en una de las mejores épocas para el comercio, la hostelería o las peluqueríasEllos con traje y corbata y ellas con vestido. La falta de costumbre y el calor hace que a los chicos se les note más ... incómodos que a las chicas. Juntos esperan el autobús que les llevará al espacio que han reservado, a las afueras de Cáceres, para el acto. Son alumnos del grado de Ciencias del Deporte que el pasado viernes se dirigían a su graduación.
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No es un festejo, como era en el pasado, reservado únicamente a los universitarios que están en el último curso de la carrera. Desde hace varios años, con el obligatorio parón de la pandemia, los alumnos de segundo de Bachillerato también realizan esta celebración.
Otra tradición americana, como Halloween o el Black Friday, que se instala en España. «Una americanada, sobre todo lo de Secundaria o de Bachillerato», dice algo contrariado el padre de una alumna que celebra su graduación en las próximas semanas.
«Comienzo a dar citas a los alumnos en octubre para las fotos de las orlas»
Jesús m. gil
Fotógrafo
Son eventos, los universitarios y los de los institutos, entre los que casi no hay diferencias: imposición de becas, cena con los compañeros de estudios y fiesta hasta la madrugada. Los padres y familiares acompañantes quedan relegados a eso, al acompañamiento durante el acto académico y, por supuesto, en la mayoría de lo casos, a costear la celebración. «Me he tenido que comprar un traje, porque el que tenía me quedaba pequeño, pero no sé lo que ha costado», reconoce Carlos Sánchez, alumno de Ingeniería Civil, que deja claro que él no lo ha pagado.
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De la misma forma, otros muchos estudiantes han pasado y están pasando por los probadores de las tiendas en las semanas previas al evento. «Se venden trajes a los chavales para su graduación, tanto para los de instituto como para los de la universidad», afirma Fernando Santiago, propietario de Acericos en Plasencia.
Es un segmento que está creciendo en los últimos años y que resulta muy atractivo para los comercios. Por dos motivos principales: «En ocasiones es el primer traje del graduado, por lo que a las familias no les importa hacer un gasto algo más elevado, y los padres también se arreglan y se compran algo», resume Santiago, que solo trabaja la ropa de hombre.
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En el caso de las chicas la situación se repite. Muchas estrenan vestido para la celebración. Aunque hay excepciones. «Ya he hablado con una modista para hacer algún arreglo de poca importancia a un vestido de mi hija», indica Felipe Cabezas, padre de Ada, que se gradúa del instituto el próximo 10 de junio.
Las fechas de las graduaciones se mueven entre mediados de mayo y mediados de junio. Hay grados e institutos que optan por hacerla antes de los exámenes del segundo cuatrimestre, en el caso de las carreras, o de la EBAU (la antigua selectividad), para los alumnos de segundo de Bachillerato, y quienes prefieren hacerla tras dejar atrás todas las obligaciones curriculares.
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En Badajoz, por ejemplo, el Reino Aftasí la ha hecho esta semana y el Domingo Cáceres esperará hasta el 10 de junio.
Es habitual que los institutos, tanto de Cáceres como de Badajoz, realicen el acto académico en los palacios de congresos de la ciudad. Estos espacios cobran un alquiler, que ronda los 1.500 euros y que costean los alumnos y las asociaciones de padres (AMPA). «De ahí irán hasta el Hotel Río, donde tienen una cena que cuesta 30 euros por persona, y luego a un local que han alquilado donde hay barra libre», explica Cabezas sobre la celebración de su hija.
Ahí está una de las complicaciones de las graduaciones de los institutos. Hay alumnos que todavía son menores de edad. «Pagan un precio diferente en función de si van a beber alcohol o no», detalla el padre de Ada.
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Los alumnos del Reino Aftasí no utilizaron el Palacio de Congresos. Lo hicieron todo, desde la imposición de becas hasta la barra libre, en el Tiro de Pichón. 60 euros por persona les costó la celebración.
Algo más caro, sobre los 90 euros por alumno, ha sido para los alumnos de Ciencias del Deporte de Cáceres, que también alquilaron un espacio para hacerlo todo.
Orlas, comidas y copas
Ahí no se quedan los gastos. Uno de los que no suele faltar es el de las orlas. Jesús María Gil, propietario de Orlaex, es el fotógrafo de referencia en Cáceres para estas celebraciones. «Hago casi todas las facultades», asegura.
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Eso supone que tenga que empezar a dar a cita a los estudiantes para las fotos de estudio casi con el inicio del curso, en el mes de octubre. «Hago unos mil alumnos», calcula Gil, que también hace algunas orlas de Bachillerato y Secundaria.
Además de la clásica orla, los graduados pueden elegir entre varios paquetes con más o menos retratos. La horquilla de precio va entre los 10 euros, solo la orla, y los 30 euros. Gil también ofrece la posibilidad de hacer fotografías en el acto que entrega a los clientes en formato digital.
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La hostelería es otro sector que nota las graduaciones. Y no solo los locales que ofrecen barra libre o cenas a los grupos. «Mis padres vienen de fuera y comeremos juntos antes del acto, que es por la tarde», señala Sánchez.
Lo mismo pasa con otros servicios. «Tanto chicos como chicas, la semana antes pasamos por la peluquería», detalla Pedro Farias, uno de los alumnos que está en cuarto de Ciencias del Deporte. Él fue con sus familiares en coche hasta Aralia, donde tenían la celebración, pero muchos de sus compañeros utilizaron el autobús que se alquiló para llevar hasta allí a los alumnos. Sí lo utilizó para la vuelta, cuando a las cinco de la mañana finalizó la barra libre, al centro de Cáceres.
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Todos estos sectores agradecen las graduaciones. «Es un evento más, que sirve para sumar en estos meses otro poquito de movimiento al que ya suponen las bodas o las comuniones», concluye Santiago.
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