Juanjo González

Agricultor de Entrín Bajo
«La gente está muy desilusionada; no creo que vuelvan las protestas»

Estuvo desde el mismo 6 de febrero hasta que se dieron por finalizadas las protestas agrarias

Domingo, 28 de julio 2024, 08:10

Juanjo González, agricultor de Entrín Bajo, es uno de los tantos agricultores que salieron el pasado febrero a cortar carreteras luchando por los derechos ... del campo extremeño. Estuvo desde el mismo 6 de febrero hasta que se dieron por finalizadas las protestas agrarias, paulatinamente, a lo largo del mes. Incluso el pasado 14 de febrero pasó por Badajoz para la marcha hacia Delegación de Gobierno, última actividad de la plataforma 'En defensa del campo'.

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Siempre en el cruce de la N-432, entre Entrín, Santa Marta, Torre de Miguel Sesmero… uno de los puntos calientes –si bien, siempre pacífico– de las manifestaciones, González vio y vivió todo en aquellos días. Como tantos otros, no forma parte de la plataforma, pero sí estuvo en el meollo. Y, aunque lo recuerda con ilusión –«al fin se unió el campo», destaca–, cree que no quedaron conformes.

«Cambios ha habido, pero para cambiarnos la boca. Todo por lo que protestamos sigue vigente. La burocracia sigue igual o peor: todo llega tarde o nunca. Éramos una fuerza muy grande y no se consiguió nada. Seguimos igual y creo que iremos a peor, sobre todo los agricultores jóvenes. Es insostenible cumplir los requisitos que nos imponen», afirma.

Y, sin embargo, al mismo tiempo, considera que «la gente está muy desilusionada; no creo que vuelvan las protestas».

Lo explica el agricultor. «Lo que pasó en aquellos días, creo yo, es que es que nos fueron enfriando. Éramos muchos y fuertes y a algunas asociaciones, en mi opinión, les interesaba que no fuéramos tantos. Sobre todo, en la N-432: estábamos bien situados, se nos escuchaba, y nos quisieron desperdigar, así de claro».

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También cree que el miedo a las multas hizo mella. Los de la N-432 pagaron entre todos a los compañeros que las recibieron. Ni aun así volvieron a tener la unión de aquellos días. «Esa es la verdad, nos dispersaron, entró el miedo, Estábamos muy unidos, pensábamos que todo iba a ser un éxito, que las cosas iban a cambiar. Fuimos a Badajoz, a Mérida… y al final, nada, dimos dos vueltas a las rotondas y poco más. Más policía que hormigas había; encima, cuando siempre fuimos pacíficos. No creo que volvamos», concluye.

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