«Por favor, ayúdennos, que del campo comemos todos»

Esta agricultora y ganadera, a pesar de tener edad para jubilarse, continúa con su explotación de ovino y de olivar. Cuando ella y su marido lo dejen no quiere que sus hijos continúen.

«No lo puedo dejar porque la paga de poco más de 600 euros al mes no nos llega. Pero como mi marido también va siendo mayor y no puede hacer ciertas tareas, tenemos que contratar peones y al final de la campaña le tengo que arrimar dinero porque con lo que ganamos no nos salen las cuentas», afirma en Herrera del Duque.

Añade: «Mi marido y yo empezamos de cero con un cordero al que dábamos el biberón y hemos llegado a tener 500 ovejas y algunas cabras. Hubo un tiempo en que se ganaba bastante, pero hace ya años que esto está negro. Y yo tengo ya la vida resuelta, pero lo siento por lo jóvenes que vienen detrás. Por favor, yo pido que alguien nos ayude, que haga algo el ministro o quien tenga la solución, porque del campo comemos todos», clama esta.

Ángela tiene tres hijos, «dos emigraron y a otro que es veterinario, le encanta y podría compaginarlo, pero ni se lo plantea porque ve lo negro que está».

Ante este panorama, reconoce que ha pensado muchas veces tirar la toalla, «y cuando llega cada final de campaña y veo los extractos bancarios le digo a mi marido que ni un año más».