Extremadura recibe la primera solicitud para acogerse a la ley de eutanasia
No ha podido hacerse realidad porque la solicitante, de 91 años, falleció un mes después de haber iniciado el proceso
Extremadura ha recibido la primera solicitud de eutanasia. Desde que se aprobó esta ley en el Congreso de los Diputados el pasado mes de marzo, la Junta confirma a HOY que ha habido una petición de ayuda para morir. Sin embargo, no ha podido hacerse realidad porque el proceso se ha interrumpido debido a que la solicitante falleció antes de recibir una respuesta.
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La Junta explica que esa solicitud ya contaba con la certificación del médico responsable encargado del caso y del médico consultor, que es un profesional sin relación con el primer facultativo ni con la solicitante y que también evalúa si la petición cumple con los requisitos previstos por la ley. Entre otros aspectos, comprueba si sufre «una enfermedad grave e incurable o un padecimiento crónico e imposibilitante».
Cuando ambos médicos coinciden en que la petición de eutanasia se ajusta a la ley, el responsable del caso remite un informe a la Comisión de Garantía y Evaluación de la Eutanasia, compuesta por un grupo de 15 expertos que tienen la última palabra.
En esta ocasión, no ha dado tiempo, según indica la Consejería de Sanidad, a que ese informe llegara a dicha comisión porque «el proceso ha quedado interrumpido por el fallecimiento de la solicitante».
Y eso es lo que le ha sucedido a María Luz Calvo, a los 91 años, según ha podido saber este diario (la Junta no aporta datos concretos de pacientes).
Se trata de una extremeña que, tras solicitar a finales de septiembre la eutanasia, no pudo cumplir su deseo porque falleció antes de obtener una respuesta. Los plazos que marca la ley no se han incumplido, pero «el proceso es largo y no se adapta a cada caso», critica la familia.
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«Mi madre pidió la eutanasia, pero murió antes. No puede ser que por protocolo y burocracia no se pueda tener una muerte digna y sin dolor», afirma Alfonso Rivera Calvo, un extremeño de 55 años que, según cuenta, tuvo que enfrentarse a la «angustia» de ver sufrir a la persona que más quería durante sus últimos días.
María Luz Calvo solicitó la ayuda para morir en Extremadura después de que le detectaran un cáncer de páncreas. Así lo muestra la familia a través de una fotografía en la que se ve el documento de su petición firmado por ella misma el pasado 24 de septiembre. En él está plasmado su rúbrica, ya con letra difícil de entender que hace una idea del estado de salud en el que se encontraba.
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En la solicitud se puede leer que era consciente de sus actos y que no tenía presión externa. Indicaba también que tenía «una enfermedad grave e incurable; un padecimiento crónico e imposibilitante». La familia explica que tras ese documento que entregaron a su médico tuvieron que hacer otro a finales de septiembre.
Antes, detalla, su madre firmó en agosto un testamento vital ante notario y en él ya expresó su deseo de que la ayudaran a tener una muerte digna.
«No puede ser que por protocolo y burocracia no se pueda tener una muerte digna y sin dolor»
Alfonso Rivera
Hijo de la solicitante de eutanasia
«Le comentamos que la Ley de la Eutanasia ya se había aprobado y, mi madre, que era muy moderna, tolerante y abierta de mente, estuvo a favor de ella. Siempre lo dijo, que cuando eso fuera posible, ella quería firmarlo. Quería evitar todo el calvario; ya habíamos visto cómo el mismo cáncer devoró a mi padre. Ella no quería que sus hijos viéramos esto», comenta Alfonso Rivera.
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Firmar cuatro veces
Según cuentan él y su hermana, también de nombre María Luz, su madre tuvo que firmar cuatro documentos para hacer la correspondiente solicitud, es decir, tuvo que confirmar cuatro veces la voluntad de morir. «Al médico que aceptó llevar su caso le rogaba por favor ayuda para irse porque esto iba a más», explican.
María Luz falleció el pasado 27 de octubre. «Nos decían que el proceso podía durar 30 o 40 días y que podía ser que después de todo se lo denegaran. No entendemos cómo a una persona de casi 92 años con un cáncer terminal no le podían conceder su derecho a morir antes. Solo firmas y más firmas y luego que se tenía que reunir una comisión. Creemos que es una ley muy mejorable. Ella cumplía todos los requisitos, pero no se pudo despedir como quería ni morir plácidamente», coincide la familia, que incide en que «el problema es la lentitud».
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Esta familia relata su caso porque cree que así puede ayudar a otras personas que se encuentren en esta situación. «Nos gustaría que la Ley de la Eutanasia se adaptara a la realidad actual. Es un proceso tan lento que la enfermedad va mucho más rápido», lamenta Alfonso, que en ningún momento critica la asistencia recibida por parte de los médicos del SES que le aplicaron los cuidados paliativos. Solo espera que los plazos sean más rápidos y le entristece pensar que no pudo cumplir el último deseo de su madre.
La Ley en fechas
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Marzo de 2021 El Congreso de los Diputados aprueba la Ley de la Eutanasia y da un plazo de tres meses a las comunidades autónomas para constituir las comisiones que tienen la última palabra ante las solicitudes.
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Junio de 2021 En este mes la nueva ley entra en vigor, pero algunas comunidades como Extremadura aún no tenían publicado el decreto para su regulación.
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Septiembre A finales de este mes María Luz Calvo, de 91 años de edad y paciente de cáncer, hace la petición de eutanasia según cuentan dos de sus hijos.
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4 de octubre El DOE publica el decreto de regulación de la ley en el que se da luz verde a la creación de la Comisión de Garantía y Evaluación y se crea el registro de médicos objetores.
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