Extremadura es la cuarta región que más órganos dona en España

Un total de 62 extremeños donaron uno de sus órganos tras fallecer en 2023, un número que prácticamente se repite con respecto a 2022, cuando se realizaron 63 donaciones y ya supuso un 31% de incremento en comparación con 2021. En 2018, antes de que estallara la covid, la cifra alcanzó las 69.

Son datos que ponen de manifiesto que Extremadura consolida la donación de órganos previa a la pandemia, que provocó la paralización de muchas intervenciones.

«Nuestro sistema ha resistido y se ha recuperado a niveles previos a la pandemia y por encima de la media nacional», afirmó ayer el coordinador autonómico de trasplantes de Extremadura, Luis López.

En ese sentido, se mantiene en la línea que venía registrando desde 2014. Antes de ese año su tasa de donación por millón de habitantes estaba por debajo de la media nacional, una situación que cambió y que en estos dos últimos años ha mejorado.

Por centros, en el complejo de Badajoz 28 personas fallecidas donaron órganos. En el San Pedro de Alcántara de Cáceres fueron 32 y en el Hospital de Mérida dos.

En cuanto a la donación de médula ósea, la única esperanza para algunos pacientes con patologías hematológicas, en Extremadura se realizaron un total de 42 autotrasplantes, lo que supone un ascenso respecto al año anterior, cuando se llevaron a cabo 37.

La directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Beatriz Domínguez-Gil, que presentó el balance ayer junto a la consejera de Salud, Sara García Espada, aseguró que «Extremadura brilla en el territorio nacional» y destacó que se trata de un «éxito colectivo».

Las buenas cifras también se dan en el resto del país. El total de donantes tras su fallecimiento alcanzó en 2023 las 2.346 personas. De este modo, España se sitúa a la cabeza mundial. «Llevamos liderando este ranking en las dos últimas décadas», dijo Domínguez-Gil.

La tasa de donación por millón de habitantes es 49 y duplica la media europea, que registró un 20,9. Además, ha habido un 7% de incremento con respecto al año anterior.

Además, en 2023 se produjo un importante incremento en el número de trasplantes realizados, con más de 5.800, superando el objetivo planteado de 5.500. «Es el máximo histórico y supera de manera muy importante y muy holgada el objetivo que nos habíamos planteado a nivel nacional, con un 9% de crecimiento con respecto al año anterior», según remarcó la directora general de la ONT.

Esto se debe al incremento en la donación de personas fallecidas, pero también al de las donaciones de órganos en vida, ya que el año pasado fueron 435 las que donaron fundamentalmente un riñón y habitualmente en su entorno familiar.

En cuanto a los trasplantes realizados en Extremadura, se hicieron un total de 90. De ellos, 65 fueron de riñón y 25 de hígado, así como 112 extracciones de córnea y 93 implantes corneales y donaciones de tejido óseo.

Además, 57 personas recibieron órganos procedentes de otras comunidades autónomas y 21 de donantes extremeños.

En este sentido, si un paciente extremeño necesita otro tipo de trasplante que no sea el que se realiza en este territorio, es decir, de riñón o hígado, se canalizan las peticiones a través de un trabajo en red para su asistencia sanitaria. «Extremadura ha hecho un esfuerzo por garantizar a los pacientes los trasplantes de órgano torácico», incidieron García Espada y Domínguez Gil.

Pese a las buenas cifras, la lista de espera para trasplantes sigue existiendo. Actualmente, hay 67 personas esperando un riñón, nueve un hígado y 37 un trasplante de córnea.

El tiempo de espera media se sitúa en torno a los dos meses para un trasplante hepático. Para el renal está por encima del año, similar a lo estimado en la media nacional. «En Alemania se demoran hasta siete años para uno renal», matizó Domínguez-Gil.

Para uno de corazón y de pulmón, que tendría que realizarse fuera de la comunidad extremeña en hospitales de referencia, el tiempo de espera está por debajo de los tres meses y las urgencias se solucionan en cuestión de 48 horas como máximo.

«Esto no significa que no haya pacientes que son muy difíciles de trasplantar por sus características antropométricas e inmunológicas, pero las medias han ido reduciéndose a lo largo de los años», aseveró Domínguez-Gil.

En cuanto a los retos de futuro, López indicó que quieren reactivar a corto plazo el programa de trasplante renal de donante vivo, pues sufrió les efectos de la pandemia, y aunque continúa llevándose a cabo, para alcanzar los niveles deseados tendrían que realizar seis o siete al año.

Asimismo, Extremadura quiere acercar el proceso de donación a todos los hospitales extremeños, aunque todo apunta a que será un proyecto a largo plazo porque, según López, «eso conlleva dificultades técnicas y logísticas». De este modo, el SES pretende que todos los centros hospitalarios realicen extracción de órganos y no solo los de Badajoz, Mérida y Cáceres.

Incidió en que continuarán apostando por la formación y seguirán trabajando para mantener estos datos de los que «la sociedad se debe sentir orgullosa». Además, continuarán con el proceso de formación de los profesionales sanitarios y retomarán la donación de tejidos.