«El lobo puede ser un revulsivo para el turismo rural»

–¿Le ha sorprendido la noticia de la constatación oficial de la presencia del lobo en la región?

–No nos ha sorprendido, porque sabíamos de la presencia de manadas estables en algunas zonas del norte de la comunidad. Siendo así, lo normal era que no pasara mucho tiempo hasta confirmar la presencia de individuos errantes. En la Sierra de Gredos hay constatada alguna manada, pequeña y dispersa, llegada del norte. De hecho, a algún ejemplar probablemente ya lo han matado ilegalmente, y es así como la manada queda dividida y aparecen ejemplares errantes.

–¿Tienen noticia de que haya lobos en otras partes de la comunidad, no solo en Gredos?

–No tenemos constancia oficial, pero creemos muy probable que en un futuro próximo se confirme la presencia de algunos individuos que entran y salen de parajes del norte de la región.

–¿La reaparición de la especie en la comunidad autónoma le parece una buena noticia?

–Sí, es una buena noticia para el equilibrio medioambiental. Es un depredador clave para mantenerlo. El lobo está en la cúspide de la pirámide ecológica, como regulador de las poblaciones de otras especies, principalmente ungulados que en muchos lugares están en régimen de superpoblación y son los principales transmisores de enfermedades que afectan a la ganadería tradicional, como la tuberculosis. Si se llevan acabo ciertas medidas necesarias para favorecer la buena convivencia con él, el lobo puede ser un revulsivo para el turismo de naturaleza. Como hacen por ejemplo en la Sierra de la Culebra, en Zamora, donde el denominado turismo lobero deja una buena cantidad de dinero cada año. Hay empresas con especialistas que te hablan sobre la historia del lobo en la zona y luego te lleva a sitios donde puedes avistarlo. Yo he estado varias veces. En esa zona se han rehabilitado casas rurales y hay bares y restaurantes que se mantienen gracias a este tipo de turismo rural.

–¿El lobo es compatible con la ganadería?

–Sí, es compatible con los ganaderos. Lo ha sido durante siglos en toda España y lo sigue siendo. En esto, la administración tiene un papel importante. Para concienciar a los ganaderos y enseñarles medidas preventivas para mejorar la protección y la seguridad frente a posibles ataques del lobo. Me refiero a medidas como tener mastines o encerrar por las noches a los animales paridos. Es, de todas formas, un reto difícil, porque la figura del pastor es casi inexistente en esas zonas altas donde suele vivir el lobo. Además, hay otro factor a tener en cuenta, y son los precios tan bajos a los que les compran la carne a los ganaderos. Con los precios actuales, a los ganaderos les resulta difícil hacer frente a cualquier gasto nuevo. Por eso necesitan la ayuda de la administración, que debe velar por la recuperación del lobo pero también implicarse con las personas que van a convivir con el animal.

–Este tipo de cuestiones las han analizado en sus congresos...

–Sí. En ellos hemos organizado mesas en las que han estado representados todos los sectores: el cinegético, la ganadería, la administración, los ecologistas, los pastores... Hemos traído a pastores que conviven con el lobo, para que explicaran su experiencia. Han venido también algunos de los biólogos más importante a nivel mundial. Los tres congresos que hemos organizado hasta ahora han sido un éxito. Y estamos ya preparando el cuarto. Uno de los objetivos es concienciar sobre la importancia cultural e histórica de la especie para Extremadura, donde hay pueblos con el lobo en su escudo, y donde abundan los puntos geográficos que aluden al lobo en su nombre. El propio municipio de Guadalupe, tan importante en la región, debe su nombre a las palabras río y lobo. Y hay muchos más ejemplos.