Una empresa mixta gestionará las terminales ferroviarias de la Junta durante treinta años

La Consejería de Movilidad ha puesto en marcha un concurso para seleccionar a la firma que acompañará a Extremadura Avante en la nueva sociedad. Esta empresa pública contará con una participación del 51% y la parte privada asumirá el 49%. Como resultado, nacerá Extremadura Avante Logística SA.

Esta nueva sociedad anónima gestionará las terminales ferroviarias de la plataforma logística de Badajoz y de los parques Expacio de Mérida y Navalmoral de la Mata. La primera instalación está prácticamente terminada, mientras que la conclusión de las otras dos se espera para este mismo año, según el pliego de condiciones del concurso.

Este procedimiento no supone ningún coste para la Administración regional, ya que simplemente se trata de seleccionar a la empresa privada que acompañará a Extremadura Avante en la nueva sociedad mixta, en la que la parte pública siempre será mayoritaria.

La Junta de Extremadura ha invertido algo más de 50 millones de euros (sin contar el IVA) en las tres terminales ferroviarias de la región. Las instalaciones de Badajoz, que son las de más capacidad, han supuesto una inversión de 15,3 millones de euros; mientras que las de Mérida y Navalmoral de la Mata han ascendido a 18,6 y 16,7 millones, respectivamente.

Las obras han sido realizadas por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) con fondos aportados por la Junta de Extremadura. En los tres casos las terminales estarán conectadas con la red ferroviaria general, lo que asegura el acceso al tráfico ferroviario.

Pese a que se trata de unas instalaciones nuevas, que aún están en obras, el pliego de condiciones establece que la empresa concesionaria deberá realizar inversiones por importe estimado de 1 millón de euros en cada terminal. Los planes de explotación definirán esas mejoras, pero de entrada se plantea la necesidad de contar con equipamiento para la conexión con contenedores frigoríficos para permitir mercancías que necesiten frío, como frutas y verduras, de gran peso en la economía regional.

El plazo de ejecución previsto para la gestión de las terminales es de quince años, pero con obligación de tres prórrogas de cinco años cada una hasta llegar a un plazo total de treinta años. Con ello se pretende asegurar la rentabilidad de la explotación.

El concurso establece que en los primeros diez años de ejecución la concesionaria deberá haber realizado la totalidad de las inversiones en las terminales ferroviarias y tendrá que haber estabilizado el tráfico en las tres terminales con un mínimo de seis trenes semanales en cada una.

Entre los años once y quince de explotación se plantea como objetivo duplicar el número mínimo de trenes semanales en cada una de las terminales, lo que supondría llegar a doce trenes.

A partir de ese momento se aplicarían las tres prórrogas obligatorias de cinco años cada una. En cada uno de esos periodos se establece como hito el aumento de la actividad hasta llegar a 27 trenes semanales al término del contrato, aunque las previsiones del estudio económico financiero son menos ambiciosas.

Las actividades a realizar abarcan la manipulación de contenedores (de tren a camión, de camión a tren o entre trenes); el depósito y almacenamiento de contenedores, vacíos o llenos; y otras actividades de valor añadido como aduaneras, logísticas y de servicios al transporte.

El estudio económico que acompaña al concurso establece que el modelo de negocio de una sola terminal plantea el equilibrio financiero a razón de cuatro o cinco trenes semanales. Por ese motivo, se considera que la complementariedad entre las tres instalaciones sería lo más adecuado.

La documentación señala que la base del cálculo del contrato se apoya en la hipótesis de la intermodalidad entre el tren y el camión y en que los flujos de mercancías que transcurren por la región apuesten por la compatibilidad de estos dos modos de transporte para alcanzar mejoras competitivas en la cadena de suministro. Pero para ello se estima que la nueva empresa mixta deberá llevar a cabo importantes acciones de comercialización y gestión en las tres terminales, así como estrategias y ofertas para tratar de atraer a clientes en actividades que puedan aportar un valor añadido a las empresas de la región.

En conclusión, aunque el estudio considera que la explotación de las terminales es viable, no debe obviarse el beneficio adicional que supondrá la configuración de la empresa mixta como modelo de colaboración público privada en Extremadura. A esto se suma la repercusión que tendrán estas infraestructuras para las empresas de la región, lo que contribuirá a que sean más competitivas en el mercado nacional e internacional. Asimismo, recalca la transferencia del transporte de mercancías al ferrocarril, más sostenible tanto económica como ambientalmente.