Profesora de educación sexual: «Es esencial en el aula para conocer qué límites no se deben pasar»
Cristina Alonso imparte la asignatura de Educación Sexual en el IES Los Moriscos de Hornachos, el único que lo oferta como una materia optativa reglada
M. I. Hidalgo
Badajoz
Lunes, 2 de octubre 2023, 07:26
Las emociones, el conocimiento de uno mismo y la autoestima son algunos de los componentes pedagógicos que la profesora Cristina Alonso trabaja con sus alumnos. Lo hace en el tiempo que dedica semanalmente a la asignatura de Educación Sexual en el instituto donde imparte clases. «Llegué hace cuatro años al IES Los Moriscos de Hornachos como profesora de Biología, y ahora también imparto este tipo de conocimientos», explica. Se trata del único centro extremeño de Secundaria que ha incorporado la educación sexual como una asignatura más e independiente, de carácter optativo, que se ofrece al alumno cuando formaliza su matrícula.
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Una materia de la que se ha evidenciado su necesidad debido a los recientes sucesos conocidos en Almendralejo, con los falsos desnudos elaborados con inteligencia artificial, y en Montijo, con un presunto caso de abuso sexual a una niña de seis años por parte de compañeros de su misma edad.
En este sentido, Alonso considera «esenciales para la vida» los conocimientos que se ofrecen desde este curso en el aula a través de una materia que normalmente llega a los adolescentes como talleres o charlas, o de forma más parcial como materia de otras asignaturas como la propia Biología que ella también imparte. Educación Sexual se ofrece en Hornachos a los alumnos de cuarto curso de la ESO, que tienen 15 años, y ha sido elegida para cursarla por una veintena de estudiantes, con un dato que puede ser al menos curioso: todas son alumnas, menos un chico.
«Cuanto antes se hable de educación sexual en el aula, mejor; es necesaria y la prueba está en el caso de Almendralejo»
Cuando se le pregunta a Cristina Alonso por qué ha querido crear esta asignatura, asegura: «Somos seres sociales, nos relacionamos con los demás y tenemos que hacerlo desde una ética, buen trato, igualdad y respeto. Estas cosas hay que enseñárselas a los jóvenes, hay que saber ponerles límites», explica.
Unos de los límites que necesitan los adolescentes, indica Cristina Alonso, debe establecerse en torno al uso de las redes sociales, de las que muchos jóvenes hacen una mala utilización a su juicio. Fueron precisamente estos comportamientos los que la pusieron en alerta cuando comenzó a ejercer la docencia y le hizo profundizar en ester tipo de conocimientos. «Decidí formarme en educación sexual porque me di cuenta que debía formar bien al alumnado con el que yo coincidiese», indica.
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Casos graves
El comienzo del curso académico ha coincidido prácticamente con las situaciones de Almendralejo y Montijo, que le han venido a dar la razón en sus preocupaciones pedagógicas. «Son casos verdaderamente graves, pero lo que hacen los chavales a esta edad es un reflejo de lo que ocurre en la sociedad», sostiene la profesora.
De este modo, Alonso considera que son los adultos y los agentes sociales quiénes tienen las herramientas para cambiar estas conductas. «El único método para parar este tipo de violencias es ofrecerle a los jóvenes una educación sexual de calidad. La cual es esencial que traigan de casa y que se profundice en los centros para que conozcan que hay unos límites que no se deben pasar».
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Alonso cuenta que la asignatura debe incluirse en el aula desde un punto de vista co-educativo. «Intento llevarla a clase desde el uso del lenguaje no sexista hasta mi ejemplo personal, intento conseguir que los alumnos establezcan relaciones igualitarias», asegura. Con su asignatura, agrega, pretende forjar unos cimientos para que las nuevas generaciones sean libres, de ahí que el nombre de la materia sea 'Educación sexual integral, enraizando vuelos'.
La docente cuenta que abordar esta temática con los jóvenes se ha convertido para ella en un proyecto educativo personal. «Tuve que plantear la posibilidad de hacerme cargo de una asignatura optativa; el requisito fundamental para que se apruebe es que exista un docente preparado para esto. Por ello me especialicé en sexología», afirma. Tras la especialización, presentó un proyecto curricular que fue sometido a la aprobación del claustro de profesores del IES y de la inspección educativa.
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Alumnos de 4º de ESO
El hecho de que la materia esté dirigida a jóvenes de cuarto de la ESO no es casualidad. Cristina Alonso detalla que en este curso es cuando tienen la base de conocimientos suficiente para entender muchos de los temas que abordan. «Vienen de tercero que es un curso donde en Biología se aborda bastante el tema de la sexualidad», asegura la docente, quien en cuaquie caso opina que es un contenido que se debería abordar a edades más tempranas todavía, para acompasarlo al menos con el acceso que los jóvenes tienen cada vez a edades más tempranas, a la pornografía, «en parte porque con diez años muchos ya tienen un móvil».
Por eso cuenta que en su materia abordan aspectos como la ciberviolencia, la autoestima, el modelo positivo de comunicación, la ética en las relaciones, los derechos sexuales o la trata de personas con estos fines.
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«Mientras antes se hable de educación sexual en el aula, mejor, porque es una materia necesaria, prueba de ello son los casos que se han dado en Almendralejo y Montijo», reitera la profesora.
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