Miriam Casillas, una doctora en los Juegos Olímpicos
Debutó en los juegos de Río el mismo año que terminó la carrera de Medicina
La primera vez que aparece Miriam Casillas (Badajoz, 1992) en la hemeroteca de HOY es en 2003. Tenía 11 años y fue noticia por ser la más rápida en la carrera popular de Las Candelas, la fiesta que sirve de antesala al Carnaval pacense, en la categoría de benjamín. Hoy, 16 años después, la triatleta ya tiene pasaporte directo para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. En medio, Casillas ha hecho su carrera más larga, la de Medicina.
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Al triatlón llegó de casualidad con diez años. Ella por entonces quería ser bailarina, no en vano durante trece años hizo ballet clásico en la escuela de danza Copelia de Badajoz. Pero una recomendación médica le hizo cambiar las medias puntas por las zapatillas. Tenía un poquito de escoliosis en la espalda y le aconsejaron nadar. No le gustó la idea, estaba acostumbrada a practicar deportes al aire libre. Sus padres la llevaban junto con su hermano, tres años mayor que ella y también triatleta, a la montaña.
ALGUNOS DATOS
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Biográficos Nació en Badajoz en 1992. Es la menor de dos hermanos y junto su familia ha vivido en Badajoz hasta los 18 años, cuando se fue a estudiar a Madrid. Ahora no tiene domicilio fijo, su casa está en los países en donde compite y entrena.
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Formación Desde los 3 y hasta los 18 años estudió en el colegio de los Maristas de Badajoz. Después hizo la carrera de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid.
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Trayectoria deportiva Entró en el club triatlón de Badajoz con 10 años. Dio el saltó a la élite en 2015 y un año después debutó en los Juegos Olímpicos de Río, siendo la única atleta española que terminó la prueba. Ya está clasificada para Tokio 2020.
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Aficiones Adora la montaña y las actividades al aire libre. Durante 13 años hizo ballet clásico. También ha practicado esquí, patinaje, gimnasia rítmica, escalada y piano.
«A mí no me apetecía nada la piscina», reconoce. Entonces su padre le habló de un deporte del que no había escuchado nada: el triatlón. «Podíamos hacer la parte obligada, que era la natación, y lo que nos gustaba, correr y montar en bici». La combinación le gustó y tanto ella como su hermano se apuntaron en el club triatlón de Badajoz.
Empezó a engancharse a este deporte porque -recuerda- «había un grupo de chicas muy bueno», sin pensar aún en la competición. Su entrada en la élite no llegó de la noche a la mañana, fue la suma de buenos resultados lo que le permitió dar el salto.
Un punto de inflexión en su carrera deportiva fue cuando llegó a Madrid. Tenía 18 años y empezaba la carrera de Medicina. En ese momento tuvo la oportunidad de empezar a entrenar en el centro de alto rendimiento Joaquín Blume de Madrid. A partir de entonces, cuenta, «las horas de entrenamiento empezaron a ser tan importantes como las de estudio». En 2015 empezó a competir al máximo nivel y un año después, estaba en la lista de atletas españolas en los Juegos Olímpicos de Río.
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En su debú, Miriam Casillas fue la mejor española y la única atleta que terminó la prueba. Y eso, pese a que reconoce que llegó a la cita olímpica muy cansada. «Tuve que hacer muchas competiciones para clasificarme y ese fue de verdad el reto porque a los juegos llegué como pude y pensando más en disfrutarlos». Ese mismo año, se graduó en Medicina.
Podría parecer que compaginar el deporte de élite y los estudios le ha llevado a constantes renuncias personales, pero asegura que no ha sido así. «He hecho lo que me ha apetecido en cada momento, aprovechando la oportunidad para viajar, que es una de las cosas que más me gustan, y para conocer a gente de muchos sitios. He vivido de forma diferente a lo que se considera normal, pero no tengo sensación de haberme perdido nada».
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Con la carrera ya terminada, en 2017 decidió que era el momento de apostar por el triatlón, aprovechando además que con 27 años, está en la mejor edad deportivamente hablando. Ama un deporte en el que dice que no siente la desigualdad que sí reconoce en compañeras de otras disciplinas. «Es un deporte muy moderno. Estamos igualados en premios, competiciones y distancias. Creo que por eso somos un ejemplo para otros deportes».
Su cabeza ya está en Japón. Casillas ya tiene billete olímpico para los juegos del próximo año. Su presencia está garantizada en Tokio y ahora apura los últimos días de descanso en Badajoz porque en diciembre empezará la cuenta atrás. «Volveré a entrenar y hasta marzo haré toda la pretemporada». Su reto ahora es otro: «No ir a más de cuatro o cinco competiciones internacionales porque el objetivo principal son los juegos».
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Cogerá la maleta, la que dice que es ahora su casa, y con su equipo internacional se irá moviendo sin base fija, en función de los países en los que compita y de los mejores sitios para entrenar.
En el país nipón representará a Extremadura en la prueba individual, cuyos números hablan solos de la dureza: un kilómetro y medio nadando, 40 kilómetros en bici y diez kilómetros más corriendo. Y también participará con el equipo español en la prueba de relevos, que por primera vez se incluye en unos juegos olímpicos.
Lo hará con 30 grados de temperatura -que como pacense, ni le asustan- pero con un 90% de humedad. Parte con la ventaja de que compite bien con calor.
«Soñar sería conseguir diploma olímpico en la prueba individual y en relevos el objetivo es el diploma, pero podemos soñar con medalla teniendo el mejor día de todos», resume.
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Está tan centrada en llegar en buenas condiciones a Tokio, que no se plantea la vida mucho más allá. No obstante, tiene claro que los resultados de los juegos no van a determinar su futuro. «Seguiré compitiendo unos años más y en el momento que ya no pueda, me dedicaré a la Medicina».
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