Un país que nunca se acaba

La 'Dipu' viaja a Plasencia

Cáceres es más grande que Álava, Guipúzcoa, Vizcaya, Pontevedra, La Rioja y Tenerife juntas

Martes, 21 de enero 2025, 07:23

«La ciudad de Plasencia saluda al pueblo de Cáceres», así rezaba una pancarta histórica que la afición placentina exhibió en la Ciudad Deportiva José ... Sanz Catalán durante un partido Cacereño-Plasencia. Quienes estábamos en la grada no olvidamos aquella pancarta. Yo era un niño cacereño y me sentí muy ofendido. Ahora, sonrío al recordar el episodio y reconozco que fue una ocurrencia eficaz como válvula de escape de un pique histórico entre las dos ciudades que, sorpresa, parece reeditarse estos días en el seno del PSOE.

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Las reivindicaciones placentinas se canalizan a través de su ayuntamiento, que no entra en enfrentamientos ni juega a la alteridad («existimos contra el otro») y a través del movimiento ciudadano MSU-Norte de Extremadura, que no para de luchar por un tren digno para Plasencia y comarca o la culminación de la autovía a Castelo Branco, pero no juega al enfrentamiento entre ciudades.

Ha sido en las filas socialistas donde ha fraguado en los últimos meses un sentimiento de ninguneo que se ha sustanciado en las primarias del partido entre Esther Gutiérrez y Miguel Ángel Gallardo. Si hace unos meses la agrupación placentina optó por Lara Garlito frente a Gallardo, ahora se ha inclinado por el candidato pacense en lugar de por la candidata presentada desde Cáceres. Y en la base de ese vuelco está el malestar del PSOE de Plasencia con la Diputación que preside Miguel Ángel Morales y cuya vicepresidenta es Esther Gutiérrez.

La reacción de la institución provincial cacereña parece inspirada en aquella canción de Espinete: 'Deprisa, rápido, veloz'. En un plis plas, la Diputación de Cáceres inició el miércoles pasado una actividad institucional en Plasencia que se puede calificar de inusitada. De ahora en adelante, cada semana, varios diputados se trasladarán a Plasencia para tratar temas candentes, realizar reuniones de trabajo y comprometerse con las necesidades de Plasencia y el norte de Extremadura.

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La medida parece acertada en esta provincia inmensa, la segunda más grande de España tras la de Badajoz. La provincia de Cáceres ocupa más superficie que las de Guipúzcoa, Vizcaya, Álava, Pontevedra, La Rioja y Tenerife juntas. Este dato valdría como argumento para sostener que no hubiera sido descabellado que Cáceres y Plasencia hubieran sido capitales de sendas provincias.

Fue precisamente la división de España en provincias lo que disparó la discordia. Era 1821 y sendas comisiones de ambas localidades presionaron en Madrid para lograr la capitalidad provincial. Plasencia argumentaba con razones históricas: de allí había partido la iniciativa más seria para crear la región de Extremadura en 1653. Cáceres aportaba el peso de la Real Audiencia, que fue definitivo.

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Durante la Edad Media, Plasencia había sido una plaza más importante que Cáceres, pero tras convertirse en capital de los partidarios de Juana la Beltraneja y ser estos derrotados por los seguidores de Isabel la Católica, Cáceres empezó a cobrar protagonismo hasta conseguir ser capital provincial por decreto en 1822, ratificada en 1833.

Esa herida supura periódicamente y, ya en democracia, la abrió el alcalde placentino del PP José Luis Díaz en 2002, que presentó su destitución como una maniobra cacereña. Algo parecido podría haber hecho el alcalde Fernando Pizarro cuando vio frenadas sus aspiraciones a ser candidato a la presidencia de la Junta. Pero calló prudentemente. Ahora son los socialistas de Plasencia quienes enarbolan la histórica pancarta de aquel partido de fútbol y en la Diputación han reaccionado jugando al ataque.

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