Cuando el patrimonio de la Humanidad forma parte de tu casa
Vecinos de Cáceres tienen la oportunidad de disfrutar en primera persona de la riqueza patrimonial de la parte antigua, en particular de la muralla, un lujo que sorprende a los turistas y despierta la envidia sana de otros habitantes de la ciudad
«Pude ir a España. Fue una pasada. Sobre todo porque usamos la arquitectura real de Cáceres. Piensas: ¡Hala, existen sitios así!». La belleza de la Ciudad Monumental de la capital cacereña pilló por sorpresa a la actriz Phia Saban, una de las protagonistas de 'La casa del dragón', durante el rodaje de la segunda temporada de la precuela de 'Juego de tronos' en la parte antigua. Fue en mayo de 2023.
Publicidad
El pasado mes de agosto la plataforma Max emitió el último capítulo de esta segunda temporada. Y, casi al mismo tiempo, HBO lanzó un vídeo en el que el equipo de la serie ensalza las bondades de aquellos lugares donde filma y de su gente. Es en este vídeo -en el que muchos ven una campaña de promoción impagable por la cantidad de seguidores que tiene la ficción basada en la saga de George R.R. Martin- en el que la reina Helaena Targaryen hace su confesión sobre el impacto que le causaron Cáceres y sus piedras.
HBO ha puesto, hasta ahora, sus ojos en la capital cacereña y en Trujillo tres veces. Su primera visita fue en 2016, durante el rodaje de la séptima temporada de 'Juego de tronos'. La superproducción retornó en 2021 para filmar la precuela de la serie matriz. Y volvió dos años después. La ciudad espera una cuarta visita a partir del próximo otoño.
El patrimonio extremeño ha cautivado a los creadores de 'Juego de tronos' y 'La casa de dragón', y a través de la pantalla al mundo entero
Entre los enclaves del patrimonio cacereño elegidos por los localizadores de HBO en sus diferentes visitas se encuentra la muralla. No es un monumento más. Fue, de hecho, uno de los argumentos de peso que motivaron en 1986 la concesión del título de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco a la capital. Su perímetro es de 1.174 metros y algunos de sus tramos han desaparecido porque en el siglo XIX hubo una ordenanza que permitía la destrucción de la fortificación para ganar metros e incorporarlos a las viviendas, a excepción de las torres más relevantes. Aunque sus orígenes son romanos, la mayor parte de los elementos observables hoy en día son fruto de la reforma realizada por los almohades en el siglo XII.
Desde el siglo XV el Ayuntamiento permitió el levantamiento de edificios extramuros pegados al monumento y hay cacereños para los que la muralla forma parte de su cotidianidad. El cantautor y productor musical Paco Martín, ya jubilado, es uno de ellos. La terraza de su vivienda es un espectáculo para la vista. Es un corredor de lujo que discurre sobre el mismo lienzo.
Publicidad
«La gente que visita por primera vez esta terraza se asombra de donde vivo. Es una delicia para los ojos y los sentidos», afirma Paco Martín
«Desde mi terraza, que forma parte de la misma muralla, tengo enfrente y a cinco metros el Palacio de los Golfines de arriba, el adarve del Padre Rosalío y la plaza del Palacio de los Condes de Adanero. Estoy al lado de la Torre del Postigo y la Torre del Aver. Se divisa también al final del adarve la Torre Redonda. Desde el frontal de mi casa, por estar en la parte más alta de Cáceres, se puede ver gran parte de la ciudad de norte a sur y enfrente, la torre de la plaza de Italia. En fin, una delicia para los ojos y los sentidos», resume.
«Yo nací en esta casa», comenta a primera hora de uno de los días de intenso calor que ha azotado este verano a la ciudad. «Antiguamente muchas madres optaban por dar a luz en su propia vivienda con la ayuda de médico y comadrona y éste fue el caso de la mía. Por tanto, mi vinculación con esta casa es desde un verano del año 1949. Este pasado mes de agosto acabo de cumplir 75 años que son los que llevo habitando aquí. Evidentemente, con algunas ausencias por estudios y posteriormente profesionales, pero ya desde los años 80 mis estancias han sido prácticamente permanentes», expone.
Publicidad
«Estoy muy adaptado a vivir aquí. La tranquilidad que da esta zona no la encuentras en lugares más urbanitas. El edificio -que cuenta con tres plantas- es familiar, con lo cual no tienes problemas de vecindad. Los muros son robustos y este silencio no lo cambiaría por un piso posiblemente más confortable y con más prestaciones, pero seguramente con menos posibilidades de desplazamientos rápidos por estar prácticamente en el centro de la ciudad», admite.
«Antes esta zona no era muy transitada. Hoy es un hervidero turístico a veces insufrible, pero entiendo que es bueno para la ciudad»
El verano es la época preferida por Paco para disfrutar de un sitio tan especial, salpicado por macetas. «Le doy mucho más uso a esta terraza y es aquí donde me gusta preparar cenas para mis amistades con veladas muy agradables con esas vistas de palacios y torres iluminadas. En invierno o primavera, lo más significativo es poder ver desde un sitio privilegiado las procesiones de Semana Santa, especialmente el Cristo Negro, a la que se apuntan numerosos invitados que con agrado recibo ese día», cuenta. Es, sin duda, la procesión más mediática de la Semana Santa cacereña, declarada fiesta de interés turístico internacional en parte gracias al escenario por el que discurren sus desfiles.
Publicidad
«Presumo todo lo que puedo, como debe ser, aunque sin pedantería», responde el cantautor cuando se le pregunta si se siente orgulloso por poder disfrutar de un enclave como este. «La gente que visita por primera vez esta terraza se asombra del lugar donde vivo. Generalmente la gente que transitamos diariamente por la parte antigua no le damos la importancia que realmente tiene porque nuestra retina está acostumbrada a ver esta maravilla y pasamos de puntillas sin detenernos a observar lo que ya es conocido, pero el nuevo visitante tiene otra percepción bien diferente. Y no es que la terraza sea mi sitio favorito, yo creo que es la casa en general. La he conformado a mi modo y aquí están mis recuerdos, mis habitaciones musicales y, al fin y al cabo, una vida entera», enumera.
La Torre de los Púlpitos ,en la muralla, se abrió a las visitas turísticas en 2009. Durante 245 años había permanecido en manos privadas
Siete décadas en una misma casa dan para sumar un buen puñado de anécdotas. Puestos a tirar de memoria, Paco Martín evoca precisamente un recuerdo que tiene que ver con el mundo de los rodajes. «Por comentar alguna anécdota curiosa, durante el rodaje de la película 'El tulipán negro' (con Alain Delon, fallecido hace pocas semanas), allá por los años 60, colocaron dos camerinos debajo de esta terraza, con la singularidad de que se les olvidó techarlos pensando que la zona amurallada no estaba habitada. Y allí estaba yo, con mis catorce años viendo cómo se cambiaba sus ropajes la mismísima Virna Lisi. Bueno, pues otra de las ventajas de vivir en la muralla», desvela.
Publicidad
Durante todos estos años, el cantautor ha contemplado cómo el número de turistas ha ido en aumento. «La evolución es la lógica con el paso del tiempo. Antes esta zona no era muy transitada ni visitada, tan solo la gente que venía a las iglesias, las niñas camino del colegio Las Carmelitas que yo veía desde mi terraza y algún 'despistao', pero poco más... Hoy es un hervidero turístico que a veces se hace insufrible pero que entiendo que es bueno para la ciudad. Hace poco tiempo vi por primera vez en la calle Postigo a un guía turístico con una banderola y detrás una ristra de japoneses y pensé: 'ya nos han invadido…'. Antes se desplazaban a Sevilla, Granada o Toledo, pero presiento que ya estamos también en el circuito», zanja.
«Yo en parte me sentía como una princesa, rodeada de castillos. Sigo pensando que vivir aquí es un privilegio », asegura Blanca Martínez
La muralla de Cáceres está en pleno proceso de restauración. En 2008 un estudio dirigido por el arquitecto Miguel Matas concluyó que el lienzo arrastraba mil patologías. Los principales males que la amenazaban tenían que ver con la erosión causada por el agua y el viento y con los daños provocados por las aves, especialmente las palomas.
Noticia Patrocinada
La primera fase de la rehabilitación se llevó a cabo entre 2019 y 2021 y se centró en la zona de la Torre de los Pozos. La segunda fase, que dio sus primeros pasos a finales de 2022, se encuentra en estos momentos estancada debido a un conflicto surgido entre el Ayuntamiento y la empresa adjudicataria. El caso está en los juzgados. En esta segunda fase se actuará en la Torre del Aver y en la Torre Redonda. Se plantea que estos dos tramos se hagan accesibles con el fin de que los visitantes puedan recorrerlos y aumentar así los metros de muralla abiertos al turismo. La tercera fase, que actualmente está en redacción, pone el foco en la Torre de la Yerba, situada en plena Plaza Mayor. La previsión es que también se pueda subir a ella.
Hace tiempo que sobre la mesa del Ayuntamiento está el reto de ampliar el potencial turístico del monumento. En la actualidad, solo se pueden recorrer dos partes de la muralla: la comprendida entre la Torre de Bujaco y la Torre de los Púlpitos y el Baluarte de los Pozos. Hay que recordar que el Consistorio abrió la Torre de los Púlpitos al público en 2009 tras ganar un litigio. Durante 245 años su uso estuvo en manos privadas, las de la familia Mayoralgo. Algo parecido ha ocurrido con la Torre Redonda, cuya apertura está prevista dentro de las obras de la segunda fase. El proyecto contempla la instalación de un ascensor para favorecer la subida justo en la curva en la que se une la Puerta de Mérida con el adarve del Padre Rosalío.
Publicidad
Este tramo de muralla es, precisamente, el que está a las espaldas de la casa de Blanca Martínez. Reside desde hace 36 años en una vivienda rehabilitada a la que se accede desde la calle Cornudilla. En su sala de estar tiene una ventana plagada de plantas desde la que se contempla, al fondo, la ermita de la Soledad y la plaza homónima, antesala de la zona intramuros. Profesora de Lengua y Literatura, vivió sus últimos años en activo en la Filmoteca de Extremadura, con sede en la calle Rincón de la Monja. Tenía su trabajo a escasos minutos. Y el recorrido cada mañana era un festín patrimonial. Pasaba por Puerta de Mérida, el Parador de Turismo, la plaza de San Mateo, el Museo de Cáceres…
«Vivo pegada a la muralla. Nos encanta la parte antigua. Es un sitio precioso. Cuando vinimos a vivir aquí teníamos ganas de tener una casa familiar para criar a nuestros hijos. Éramos una pareja joven. Y nos encantó el ambiente. Esto era como vivir en un pueblito. Mis niños podían salir a jugar a la calle porque era un entorno muy seguro. Lo hemos disfrutado muchísimo», admite.
Publicidad
«Yo, en parte, me sentía como una princesa porque vivo rodeada de castillos. El enclave es precioso y soy una enamorada de la ciudad. Sigo pensando que vivir aquí es un privilegio. He tenido las visiones más perfectas de la parte antigua durante todo este tiempo. La he visto en otoño. He visto amanecer en verano. He visto las nieblas en invierno… Y en la pandemia hasta creció la hierba», evoca Blanca desde el interior de su casa, coronada con techos abovedados.
Su discurso se vuelve algo más crítico cuando reclama a las administraciones, especialmente al Ayuntamiento, que hagan la vida un poco «más fácil» a los vecinos a la hora de acceder en coche o cuando tienen que realizar una obra. Las exigencias, comenta, son muchas y las ayudas, nulas.
Publicidad
Vivir en la zona patrimonial también tiene sus desventajas a la hora de acceder en coche o cuando se necesita hacer reformas
Al igual que Paco Martín, coincide en apuntar que el turismo ha crecido muchísimo en todo este tiempo. «Hay infinidad de turistas. Pero aquí no estamos como en Barcelona, ¿eh?», tranquiliza.
Blanca apunta a modo de confesión que sus amigos de fuera se quedan con la boca abierta cuando ven la casa y el entorno en el que vive. «Pero no solo le pasa a mis amigos. La gente se queda embobada. Todos los turistas alucinan con Cáceres. Les parece preciosa y creen que es un privilegio vivir en esta ciudad. Se matan a hacer fotos. Es una joya», describe.
Algo parecido debió de ocurrirle a la actriz Phia Saban en la primavera de 2023 durante el rodaje de 'La casa del dragón' cuando descubrió que existían lugares reales dignos de película (o de serie) de época que no necesitan atrezo.
Publicidad
Primer mes sólo 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión