Un país que nunca se acaba

La culpa es de Abel Caballero

En Vigo, se iluminan este año 420 calles desde el pasado fin de semana hasta después de Reyes y, aunque en algunos barrios (entre la Alameda y el Areal), cuelgan de los balcones sábanas y pancartas de protesta contra el ruido, las restricciones y las incomodidades, los vigueses parecen encantados con su alcalde luminoso, que declaró el sábado inaugurada la Navidad en todo el planeta mientras, cogido de ganchete con los concejales socialistas, bailaba al ritmo de la canción 'Happy Christmas' de John Lennon.

Aunque lo más trascendente de esta locura lumínica gallega es que se ha extendido por toda España, hasta el punto de obligar a los alcaldes a esmerarse para que la iluminación navideña sea cada año más fastuosa. El debate sobre la fecha de encendido es muy vivo, cada año se ilumina antes y los vecinos pelean y presionan para que sus calles también tengan guirnaldas y lucerío.

Dentro de nueve días, el viernes 29 de noviembre, se encenderá la iluminación navideña en Cáceres, Badajoz, Plasencia y Mérida, 13 días más tarde que en Vigo, un día antes que en Lisboa, el mismo día que en ciudades emblemáticas del adorno navideño como Málaga o Madrid y en fechas parecidas a las de Sevilla (allí será a finales de noviembre).

Recojo las fechas de estas cinco capitales porque en las calles de las ciudades extremeñas se ven, desde hace semanas, folios pegados en las paredes anunciando viajes a Vigo, Madrid, Sevilla, Lisboa y Málaga para admirar su iluminación navideña. Es más, mucho me temo que, durante puente de la Constitución y la Inmaculada, Extremadura se quede vacía por culpa del éxodo lumínico: miles de extremeños disfrutando de excursiones a estas capitales del led callejero.

Quienes no hemos sido poseídos aún por el ansia de fulgor, nos quedaremos en casa, admirando nuestra brillantez urbana, quejándonos si seguimos a oscuras, con las farolas convencionales, o presumiendo si hemos sido elegidos para la felicidad resplandeciente.

En mi bar de cabecera, calle Sánchez Manzano de Cáceres, este año estamos encantados porque el Ayuntamiento ha colocado por primera vez unas guirnaldas refulgentes en las farolas. Esperamos el día 29 como si fuera la noche de Reyes para admirar los destellos y vivir en la luminiscencia. Aunque seguimos reclamando candelas y bombillas de lado a lado en la avenida de Antonio Hurtado, que consideramos el nuevo eje comercial de Cáceres con siete quioscos y casas de apuestas en 150 metros y restaurantes de comida mejicana, pakistaní e italiana en diez metros. Ya ven, exigencias provincianas, caprichos, antojos y todo por culpa de Abel Caballero.