¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Imagen antigua de Villafranca de los Barros. HOY

Matanza en Navidad en Villafranca de los Barros

CRÓNICA NEGRA DE EXTREMADURA ·

La tarde de Nochebuena DE 1876 un empleado de una panadería mató a hachazos a la propietaria, a un niño que trabajaba en la tahona y a una clienta que estaba embarazada

Sábado, 15 de enero 2022, 07:48

La Navidad de 1876 no se celebró en Villafranca de los Barros. Los vecinos, a caballo y a pie, se dedicaron a buscar a un ... asesino múltiple por las casas y los terrenos de la zona. La tarde de Nochebuena el empleado de una panadería, por causas que se desconocen, cogió un hacha y provocó una matanza en la tahona del pueblo.

Publicidad

Era el 24 de diciembre de 1876. Las crónicas de la época detallan que el propietario de la tahona estaba en la plaza del pueblo vendiendo su pan. Mientras, en la panadería atendía su mujer a los clientes y manejaba los hornos 'el maestro de pala' junto con un niño de unos 14 años que le ayudaba. El menor era el encargado de ir a por agua cuando era necesario.

El que manejaba la pala, R. F., era nuevo en la localidad. De hecho, acababa de salir de la cárcel por asesinato, aunque se desconoce por qué fue liberado o la razón por la que cumplió una pena menor.

En un momento de la mañana, el expresidiario cogió un hacha y atacó a la mujer y el niño con los que trabajaba. Cuando estaba rematando a sus víctimas, tuvo la mala suerte de entrar en la tahona una joven del pueblo, que además estaba embarazada. El homicida no lo dudo y también la alcanzó con su hacha. No quedaron testigos del enfrentamiento, por lo que nunca se supo qué desató la matanza.

Publicidad

Pasaron varias horas hasta que otro vecino se acercó a la tahona y descubrió los tres cadáveres. El asesino había huido y la escena que dejó tras de sí no se olvidó en Villafranca de los Barros durante años. R. F. no solo mató a tres personas, se ensañó con los cuerpos, los destrozó. «Era imposible reconocer a las víctimas como no fuera por las ropas que vestían. Divididas las cabezas por un sinnúmero de hachazos, desfigurados los cuerpos, lo horrible del espectáculo ponía necesariamente espanto en el corazón y justa indignación en el ánimo», relató 'La Crónica', un periódico de Badajoz.

La persecución

«Con la velocidad del rayo corrió la noticia por toda la población, e inmediatamente una numerosa concurrencia ocupaba el sitio de la catástrofe donde desde el primer momento se personaron las autoridades, comenzando el juzgado municipal a instruir las oportunas diligencias», publicó 'Diario de Córdoba'. No fue el único de otra región que cubrió la masacre, que marcó especialmente a los españoles al tener lugar en Navidad.

Publicidad

Tras el hallazgo de los cadáveres, los agentes de la Guardia Civil iniciaron la persecución del autor. Los periódicos indicaron, además, que muchos vecinos de Villafranca de los Barros se sumaron a la búsqueda, indignados por lo sucedido. De hecho, en un diario indicaron que R. F. se había marchado de la localidad porque temía que los residentes pudiesen atacarlo en venganza.

El periódico 'El Constitucional' llegó a apodar al autor de los hechos como 'La fiera humana' por la brutalidad de los hechos. La mayor parte de los diarios, además, consideraron que era un cuádruple asesinato, ya que la embarazada estaba a punto de dar a luz.

Publicidad

La búsqueda del asesino fue intensa. De hecho, algunos periódicos incluso criticaron los abusos de autoridades y vecinos que entraron en las viviendas del pueblo para registrarlas sin consultar a sus propietarios. El clima era tenso.

«El vecindario entero, con sus autoridades al frente y la fuerza de la Guardia Civil, hicieron prodigios de celo en la busca del asesino. No hubo en que no se le buscara o rincón en que no se le persiguiera. Centenares de vecinos a pie y a caballo dieron una batida general al término, sin que esta operación diera más resultado que los registros domiciliarios ejecutados con temeridad. Todos rebasaron con celo la línea de su deber y todos ayudaron al desagravio de la justicia sin que, por desgracia, fuera encontrado el reo. Supo aprovechar para su evasión las primeras horas en que permaneció ignorado el crimen».

Publicidad

Finalmente, el responsable fue detenido al día siguiente, en la tarde de Navidad. R. F. solo se alejó unos kilómetros de Villafranca. Se refugió en Aceuchal porque allí vivía su mujer, de la que estaba separado. De hecho, ella residía con otro hombre, un zapatero, pero su pareja no estaba en la casa cuando se presentó el homicida.

R. F. le pidió a su mujer que le preparase sopa porque «estaba desmayado» de hambre. «Aquella, no se sabe si por terror o compasión, obedeció», publicó la prensa. Sin llegar a comer, el hombre cogió una navaja y atacó a la que acababa de prepararle la comida.

Noticia Patrocinada

Se marchó de la casa dándola por muerta, pero ella fue capaz de recuperarse de las heridas. Los periódicos también destacaron que R. F. sufrió cortes, no se sabe si en el enfrentamiento con su mujer o autoinfligidos. Sea como sea, cuando lo encontraron las autoridades, pensaron que se estaba muriendo. De hecho, mandaron administrarle los Santos Sacramentos. Sin embargo, también se recuperó.

Villafranca quedó conmocionada por estos hechos. «La conducción al cementerio de los tres cadáveres de tan horrendo crimen tuvo lugar en la tarde del 25. Los tres ataúdes iban reunidos, y el pueblo en masa sin distinción de clases ni personas, los seguía con religioso respeto protestando así por tan feroz y brutal suceso».

Publicidad

Conmocionados

Al entierro acudieron más de novecientas personas y la prensa incluso escribió artículos en los que pidieron que la justicia fuese ejemplar. Criticaban que las cárceles no eran duras, sino lugares de ocio para los reos o «universidades del crimen».

Sin embargo, nunca hubo juicio. El autor de la matanza murió. Se suicidó al poco tiempo de ser detenido por las autoridades. Se cree que los cortes con los que fue encontrado en Aceuchal pudieron ser el primer intento. Nunca llegó a ser procesado ni a explicar por qué convirtió la Navidad de 1876 en una historia de terror que corrió por toda España.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes sólo 1€

Publicidad