Comienzan las obras para instalar los aceleradores de Amancio Ortega
La máquina de Cáceres está siendo colocada, en Badajoz y en Mérida están preparando los búnkeres y en Plasencia se construirá uno
En 2017, Amancio Ortega donó 310 millones de euros para que la sanidad pública española comprase equipos para la lucha contra el cáncer de última tecnología. De ellos, 12,8 le correspondieron a Extremadura. La Junta decidió invertir la mayor parte, casi 11 millones, en cuatro aceleradores lineales (las máquinas de radioterapia contra el cáncer) para Cáceres, Badajoz, Mérida y Plasencia. Las máquinas debían llegar el año pasado, pero una lucha legal entre las dos empresas que las fabrican ha retrasado su compra. Ahora, por fin, son propiedad de la comunidad extremeña y se irán instalando en las cuatro ciudades para ayudar a pacientes oncológicos.
Publicidad
La compra se desbloqueó a finales de 2019 y ahora ha comenzado la instalación de las máquinas en Cáceres y en Badajoz, donde entrarán en funcionamiento en primer lugar, según detalla la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales. En el Hospital Universitario cacereño se está instalando ya la máquina. En el Universitario de Badajoz comenzará el proceso en el mes de julio, cuando termine una obra menor que se está llevando a cabo para adecuar el búnker que debe acoger esta nueva equipación.
El proceso de instalación y calibración de estos equipos es compleja, por lo que tardarán meses en entrar en funcionamiento y atender pacientes. En el caso de Badajoz la instalación de esta máquina es una reclamación de los pacientes, ya que se producían averías en los equipos antiguos. Este problema mejoró desde diciembre de 2018 cuando entró en funcionamiento un acelerador nuevo costeado por la Junta.
En Mérida también ha comenzado el proceso para contar con el nuevo equipo. Se está construyendo un doble búnker que alojará el equipo. En Plasencia, según Sanidad, se licitará en breve la construcción de una instalación similar.
Con normalidad
Desde Sanidad también destacan que, a pesar de la crisis de la COVID-19, los tratamientos oncológicos han continuado con normalidad «tras adoptar diversas medidas para extremar la higiene y mantener la distancia social, como por ejemplo la reestructuración de la sala para reducir el número de sillones, el establecimiento de un segundo turno de tratamientos, la limitación del acceso a familiares o el refuerzo del personal y las medidas de limpieza».
Publicidad
Desde el Hospital de Día de Badajoz, por ejemplo, explican que al principio de la crisis sí se percibía miedo entre los pacientes que acudían a recibir tratamiento, «pero el hecho de mantener el mismo equipo de profesionales que venía ofreciendo ese servicio, al que ya conocían, y los esfuerzos del personal consiguieron infundirles confianza».
«No se ha registrado caso alguno de rechazo a acudir al tratamiento programado entre pacientes en tratamiento activo ni entre pacientes nuevos que iban iniciar el tratamiento. Tan sólo ha habido un número escaso de pacientes que ya habían terminado el tratamiento y debían acudir a revisiones posteriores, que han solicitado aplazar la fecha de revisión», añade Sanidad.
Primer mes sólo 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión