La UCO busca más pruebas junto al detenido por la muerte de Chavero

Es lo que explica el nuevo registro que realizó ayer –la cuarta visita a la casa desde el 17 de septiembre dentro de la investigación– la UCO (Unidad Central Operativa) y la unidad de Criminalística con Eugenio. Dos meses y once días después, regresó al inmueble de la calle El Cerezo, dos casas más arriba en la que vivía Chavero, de 42 años. Eugenio contaba con 24.

Poco después de las ocho de la mañana, el detenido llegó desde la prisión provincial de Badajoz, en la que está desde el pasado 21 de septiembre.

Más delgado, con menos pelo, sostenido por unas muletas al sufrir un esguince en un pie en la cárcel y con mascarilla (en la última ocasión una capucha prácticamente cubría su rostro), los guardias civiles desarrollaron un nuevo registro en el que estuvo presente la secretaria judicial del juzgado de Zafra.

No pudo acudir el abogado de Eugenio, que ha decidido impugnar el registro al estimar que se efectuó de forma precipitada y sin seguir los trámites legales.

La Guardia Civil reactiva la investigación para intentar encontrar pruebas que refuercen la hipótesis de que el joven de Monesterio agredió sexualmente y asesinó a Chavero. Los agentes trataron de hallar algún utensilio o material informático, como adelantó HOY.es, que hasta ahora no ha aparecido para reforzar la tesis de los investigadores de la UCO en este caso.

En realidad, en septiembre los agentes de la unidad de Criminalística realizaron allí una inspección ocular que se centró en la obtención de posibles restos biológicos. Los perros especializados marcaron varios rastros de sangre.

El juez del juzgado de Primera Instancia número 1 de Zafra dictó el miércoles un auto de entrada y registro en la vivienda de Eugenio D.H. En el mismo se autorizaba el registro domiciliario para buscar «elementos materiales y soportes informáticos» de interés para la investigación.

Se desarrolló ayer durante unas tres horas, sin trascender si los resultados obtenidos. Al comienzo de la mañana la calle El Cerezo permaneció abierta al tráfico aunque minutos antes de la salida de acusado para volver a la prisión fue cortada parcialmente.

El detenido sigue manteniendo que no mató a su vecina y que su muerte se produjo de forma accidental. Y que él, por temor a que se le señalara como culpable, la enterró en un encinar (finca 'La Dehesa') a cinco kilómetros del casco urbano de este pueblo de la comarca de Tentudía.

A esa finca, de la que es arrendatario, condujo a la Guardia Civil para que pudiera encontrar el cuerpo de la mujer. Les llevó hasta una cavidad que había realizado para enterrar a Chavero. Allí se encontraron unos restos óseos a los que se sometió a una prueba de ADN para confirmar que eran los de Manuela.

El juez de Zafra que instruye el caso justificó la decisión de mandarlo a prisión sin fianza en la comisión de los delitos de homicidio y detención ilegal, no de agresión sexual.