El belén donde las figuras tienen la cara de los vecinos
Villar de Rena. La Nacencia alcanza su octava edición con varias figuras más como novedad
Estrella Domeque
Sábado, 7 de diciembre 2024, 08:12
Dos salimos del chozo, tres golvimos al pueblo. Jizo Dios un milagro en el camino: ¡No podía por menos!». Termina así el poema de 'La ... Nacencia' del extremeño Luis Chamizo, que recibe a los visitantes junto a algunas de las estampas del 'Belén de La Nacencia' que sitúa a Villar de Rena un año más como cita ineludible de la Navidad extremeña. Los versos del literato de Guareña resonaron también este jueves en la inauguración oficial del belén. Con gran emoción, el artista villanovense Fernando Sembrador se encargó de entonar los versos en castúo. «Quiero dedicarlo a la genialidad del niño interior de Alfonso, su creador», expresa Sembrador. «En el corazón de cada adulto hay un niño que late, y el creador de esta obra de arte llevaba dentro un niño con ilusión, imaginación y amor a su pueblo; es una obra maestra que nos transporta a un mundo de fantasía», añadía. Fallecido en 2020, Alfonso González fue el precursor de esta iniciativa que, pese a que apenas cuenta con ocho ediciones, se ha convertido en un clásico navideño por el que pasarán unas 24.000 personas para dejarse contagiar del espíritu navideño en un ambiente único.
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Las diversas escenas recorren las calles del pueblo pacense durante unos 500 metros, repartidas desde el acceso por la carretera, donde se ubica el nacimiento, continuando por el lateral de la iglesia de Villar de Rena, en la que sobresalen los galgos. Siguen en la plaza de España, donde el burro se lleva muchas de las miradas y fotografías, antes de encarar la calle que pone rumbo a la sierra donde los curiosos descubren a los Reyes Magos, pero también otra decena de escenas costumbristas. Un nacimiento abierto al visitante las 24 horas del día, aunque alcanza su punto máximo de belleza, en opinión de la mayoría de visitantes, al atardecer. No obstante, a partir de las 18.00 horas se encienden las luces y la magia crece aún más.
Característico de este belén es que cada figura representa a algún vecino del pueblo. Este año son varias las novedades. Así, nada más llegar hay un nuevo portador de cántaros junto al nacimiento, también se estrena el mendigo con la cara de Juan. Junto a él se ubica una fuente en homenaje a los damnificados por la DANA con una bandera y la frase 'Todos con Valencia'. Al lado está Adara, un bebé en los brazos de su madre, que también sostiene unos pájaros. Novedad es también la escena del zapatero, con la cara inspirada en un joven del municipio villariego. En la plaza de España, sobresale también la pescadera a la que pone cara una ilusionada Guadalupe Rodríguez. «Llevo desde el primer año queriendo ser figura del belén y me hizo una ilusión tremenda cuando me tocó; de verdad, estoy contentísima», dice junto a la escena que ocupa un lugar relevante de la plaza.
La población pacense espera recibir a unos 24.000 visitantes durante estos días
Ella es de las que vive de lleno la experiencia, pues regenta uno de los puestos que sirven también de atractivo para las visitas. En su caso, vende de forma altruista dulces de las clarisas de Siruela, pero en el resto no faltan jabones, castañas, elementos decorativos o churros con chocolate. «El pueblo es muy pequeñito y todos los vecinos vivimos con mucha ilusión el que participe tanta gente y vengan a verlo tantas personas», concluye Guadalupe.
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Novedad son también este año los códigos QR para conocer con detalle lo que se esconde detrás de cada una de las escenas. «Ya es un belén 2.0», dice Nereo Ramírez, alcalde de Villar de Rena. A través de esos carteles, los visitantes conocen los entresijos de esta obra de arte en la que no se da puntada sin hilo. «Por ejemplo, Herodes, la persona que tenía entonces más poder, es aquí en realidad Herodas, una mujer, como reflejo del techo de cristal», dice el alcalde de un pueblo que ya en este puente de diciembre está recibiendo visitas de lugar como Trujillo, Zafra, Campanario o la vecina Villanueva de la Serena. «Venimos todos los años», cuenta una familia villanovense. «Está muy bonito, me está encantando», añade Luisa en su primera visita. Como única pega, los zafrenses Rogelio y Ángela, creen que debería darse a conocer aún más, «he venido por el boca a boca y es precioso, merece mucho la pena el viaje y por la noche será aún más bonito».
Mientras, ya anocheciendo, las campanarienses Elvira, Toñi e Isabel no se marchan sin varios 'selfis' de recuerdo, sobre todo, de aquellas escenas nuevas, ya que no es la primera vez que vienen a disfrutar de un belén que se podrá visitar hasta el 6 de enero.
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