La autovía de Moraleja
XXV Cumbre Ibérica. Los gobiernos de España y Portugal vuelven a reunirse y la autovía a Castelo Branco sigue sin acabarse
El lunes pasado se celebró en Castelo Branco el II Encuentro Ibérico con un objetivo: que en en 2025 comiencen las obras de la autovía ... entre Moraleja y Castelo Branco, que unirá Madrid con Lisboa a través del norte de Extremadura y la Beira Baixa. Ese ha sido históricamente el camino más corto entre Madrid y la frontera portuguesa y cuando se acabe la autovía, volverá a serlo y llevará por Zarza y Cilleros gran parte del tráfico internacional que ahora va por Badajoz. Los datos en kilómetros son incontestables: el día que Moraleja y Castelo Branco queden unidos por autovía, de Madrid a Badajoz habrá 401 kilómetros y de Madrid a la frontera de Cilleros, 318.
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La conclusión del encuentro fue constatar la importancia de esta autovía, reclamar a los gobiernos de la Junta de Extremadura y Portugal el inicio de las obras e instar a los gobiernos de España y Portugal a que en la cumbre hispano-portuguesa, que hoy se celebra, establezcan un calendario de inicio y finalización de las obras. Esta cumbre es la número 25, pero se suceden las reuniones a alto nivel y la autovía sigue parada en la salida de Moraleja hacia Zarza la Mayor.
Para entender la importancia de que se acabe esta obra, basta hacer una comparación entre ambas partes de la Raya. Si establecemos dos ejes paralelos, uno extremeño de Alcántara a Valverde del Fresno, incluyendo el valle del Alagón, y otro portugués de Vila Velha de Rodão y Castelo Branco a Covilhá, constataremos que, a principios del siglo XX, ambos ejes tenían una población semejante, mientras que hoy, en la parte portuguesa la población se mantiene como hace cien años gracias al empuje de Castelo Branco, Fundão y Covilhá y en la parte extremeña ha bajado a la mitad.
En ambos lados de la Raya, la industria textil fue pujante desde el siglo XVIII: en 1746, el gobierno de Carlos III establecía en Zarza la Mayor la Real Fábrica de la Seda y 17 años más tarde, el marqués de Pombal establecía en Covilhá la Real Fábrica de Paños. La diferencia es que hoy, en Zarza, el edificio de la Seda es solo un reclamo turístico, mientras que en Covilhá (52.000 habitantes), las fábricas de tejidos de lana surten de telas a Yves Saint Laurent, Hugo Boss, Calvin Klein, Christian Dior, Marks & Spencer, Armani y Ermenegildo Zegna. En Fundão (30.000 habitantes), se han establecido las empresas de tecnología informática Altran, Logicalis y RedinessIT, que dan empleo a 600 profesionales y en Castelo Branco (56.000) abren los call center de Altice, Vodafone y la Seguridad Social portuguesa, además de las fábricas de Danone, de componentes de automóvil Delphi y las multinacionales Centauro y Blitzer. En total, 5.000 empleos. Acabamos en Vila Velha de Rodão y sus cuatro fábricas de celulosa de papel.
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Una de las razones del desarrollo de este eje rayano portugués es la apertura hace 20 años de la autopista A-23 entre Torres Novas y Guarda, convertida desde su inauguración en el camino más corto entre Lisboa, la Beira y Europa occidental. Cuando se acabe la autovía entre Moraleja y esta A-23 portuguesa en Castelo Branco, la ruta más corta entre la frontera y Madrid volverá a discurrir por el norte de Extremadura, como en los tiempos de la Real Fábrica de la Seda, cuando, entre 1740 y 1790, Zarza llegó a ser la aduana con más tráfico de Extremadura.
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