Una artista a lo grande
Tania Gallego Lirola | Artista y profesora ·
Tania es de esas mujeres que desde niña se recuerda a sí misma con un lápiz en la mano y un dibujo delante a medio terminar. Dice que esta afición a pintar le viene de cuando veía a su padre dibujando en sus ratos libres. «Eran personajes de Disney o los Picapiedra y él era lento y metódico, pero a mí me encantaba observarlo», rememora con su hijo en su regazo justo ahora que acaba de ser madre.
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De esta pasión Tania Gallego Lirola ha hecho su profesión y ejerce como profesora en el instituto Enrique Díez Canedo de Puebla de la Calzada, donde imparte Dibujo técnico en Bachillerato y Educación Plástica Visual y Audiovisual a jóvenes de la ESO. «Es una asignatura que sirve de desahogo. Para una persona que no tiene aptitud se le puede hacer un mundo, pero el arte es tan rico que cada uno puede encontrar su camino, y con más o menos dotes todo se puede aprender y cada uno puede representar ciertas obras. No es como con la música, que si cantas mal pues no puedes entonar», señala,
Procede de Granada, donde estudió Bellas Artes, y a Extremadura llegó hace trece años después de opositar y recalar en Badajoz, lugar que le cautivó desde el principio a ella y a su pareja. Viven en el Casco Antiguo. «Me gustó mucho la ciudad y desde entonces he procurado no alejarme. He trabajado en Aceuchal, Montijo, Mérida y ahora ya es mi quinto año en Puebla de la Calzada, donde estoy encantada»
«Pintar murales me parece bellísimo porque el público accede al arte de una manera sencilla»
Pero más allá de su vocación docente, Tania es artista y como cualquiera ha tenido –está teniendo– su propia evolución. Empezando por el final, últimamente ha ejercido de muralista y es la autora de los dibujos que decoran el Centro Comercial El Faro en Badajoz, donde le encargaron dibujos con temática relacionada con las actividades de ocio que allí se desarrollan, mientras que por otro lado ella decidió plasmar dos ideas suyas en los espacios libres que quedaban. «En uno de ellos decidí hacer un homenaje a la unión entre España y Portugal y en el otro a las siete artes: la arquitectura, la escultura, la danza, la música, la pintura, la literatura y el cine».
Pintura, escultura, grabados
Aquel encargo en el mayor centro comercial de Extremadura le vino tras obtener el segundo premio en el primer certamen de Badajoz Pinta, que llenó de murales la calles más deprimidas del Casco Antiguo y fue un éxito. En el segundo no participó porque le coincidió con una exposición de escultura que también deslumbró a los asistentes.
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«Siempre he dibujado mucho con una formación muy academicista representando lo que nos rodea cuando era más adolescente. Luego en la carrera te vas dando cuenta de cómo te vas desenvolviendo en otras disciplinas y yo probé con el barro y empecé a hacer piezas de bronce. En escultura la persona que más me ha influido ha sido Luis Martínez Giraldo, que dirigió la Escuela de Artes y Oficios (autor de la escultura en Badajoz de la rotonda de los Tres Poetas o recientemente la figura del exalcalde Celdrán, entre otras). He intentado tocarlo todo y me he dado cuenta de que me apasiona el grabado desde que aprendí a usar una herramienta tan rudimentaria como el tórculo (prensa que se usa para estampar grabados en bronce o acero) en Urbino (Italia)», cuenta sobre su evolución como artista.
Según dice, hacer ahora de muralista no es más que seguir pintando adaptándose a un formato más grande, aunque reconoce que desde que practica este estilo no puede evitar ver paredes blancas y vacías y pensar en ellas como un gran lienzo disponible. «Ahora voy por la calle y veo zonas que podían estar más bonitas. La verdad es que es un trabajo en auge, lo he visto en algunos pueblos del norte de Cáceres y pintar murales me parece bellísimo porque hace que el público acceda al arte de una manera sencilla, sin necesidad de tener que ir hasta un espacio cerrado».
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No obstante, admite que vivir de esto solamente es muy complicado. Para ella, estos trabajos son esporádicos y los compagina con su labor docente, con la que se sustenta económicamente. «Es una pena pero hay gente que ve lo de pintar como afición, no como profesión, pero es tu tiempo, tu esfuerzo y tu talento el que va recogido en cada obra, lo que pasa es que no hay aún una cultura muy sólida respecto al mundo del arte».
En su caso, además de los murales recientes, ha ilustrado un libro de poemas de Marta Prieto con pequeñas fábulas para entender el autismo y también se ha encargado de los dibujos del último disco de Divan du Don, 'Malabares'.
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«Últimamente, al haber sido madre hace un mes apenas he dibujado un retrato en todo este tiempo, pero nunca he dejado de crear, ya sea pintando o esculpiendo y por eso tengo en casa un pequeño estudio con mi propio tórculo para seguir expresándome».
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